El cupo se cubrió en tan solo 2 días. Hay una lista de espera para la apertura de un segundo turno.
El pasado sábado fue la primera clase del taller de programación municipal de Juana Koslay. Este espacio se genera en el Centro Cultural y se realizará todos los sábados de 9 a 12. Para desarrollar la propuesta, el Municipio contó con el apoyo de la Universidad de La Punta (ULP) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. El intendente Andrés Vallone, el rector de la ULP, Fernando Salino, y la ministra de Ciencia y Tecnología, Alicia Bañuelos, concurrieron al primer día de clases, donde 50 chicos realizaron diferentes actividades individuales o en grupo.
“Los chicos pasan un sábado diferente. Vemos como en plena libertad aprenden a programar mientras juegan”, manifestó Vallone, quien además destacó el apoyo de la ULP y del Ministerio de Ciencia y Tecnología para contar con los profesores y la conectividad. “Esperamos que esto crezca y los chicos de Juana Koslay sean los programadores del futuro”, expresó con anheló el mandatario municipal.
El jefe comunal también remarcó que el cupo de 50 alumnos se cubrió en las primeras 48 horas de abiertas las inscripciones y que han quedado 20 chicos en lista de espera para la apertura de un segundo turno.
Asimismo, el Intendente comentó que la idea surgió del ex concejal Daniel Poder. A partir de allí, el proyecto se envió al Concejo Deliberante, donde se transformó en ordenanza. “Decidí que Poder sea el director del taller para que lleve adelante su idea. Sobre este primer día, nos hemos dado cuenta que necesitamos más computadoras de backup para los chicos que no tienen y más enchuches porque las baterías se agotan rápidamente”, señaló.
Por su parte, Alicia Bañuelos, dijo que los chicos están dando los primeros pasos en la programación, y que detrás de esta iniciativa hay un concepto muy fuerte. “Durante 12 años, en la escuela, nos cuentan que para un problema hay una única solución. Acá los chicos se encuentran con una consigna y ven que para resolverla pueden encarar caminos diferentes, como en la vida que un problema puede tener varias soluciones. Esto es muy bueno para el cerebro. Los chicos se convierten en productores de tecnología, ya no solo consumidores”, afirmó.