Por un lado dijeron no tener nada en contra de los manteros que el municipio quiere allí instalar, mientras que por el otro cortaban la calle con una bandera que decía “Ponce, los vecinos no queremos manteros”.
Ayer por la mañana, un grupo de no más de 10 vecinos de calle Las Heras se manifestaron en la esquina de Chacabuco, con quema de gomas, sirenas, cacerolazo y banderas en contra de la ubicación de los manteros en el gigantesco boulevard que la Municipalidad está construyendo en este anchísimo tramo de Las Heras.
“No hay un cartel de obra, no hay un presupuesto asignado. Los vecinos queremos saber cuánto sale esta obra. Nos han introducido esta mole en la calle. Han dejado dos arterias, una que es casi peatonal, muy chiquita, que en mi caso, que yo vivo en la vereda norte, no puedo tomar radio de giro para ingresar a mi garage”, dijo Omar, un vecino de la cuadra.
Omar también recordó que, en noviembre pasado, el Concejo Deliberante aprobó el estacionamiento en 45 grados en la calle. “No sé para que está el concejo. Evidentemente no le han hecho caso. No entendemos cómo han podido tomar tan arbitrariamente esta decisión. Se nos ha prometido que no van a ingresar vendedores ni nada por el estilo y que van a contemplar algunos casos especiales como el mío, que no puedo ingresar a mi casa, pero no se hace nada”, continuó el vecino de Las Heras, indignado. “Nos sentimos avasallados y un poco atropellados. No se ha contemplado la necesidad de los vecinos”, agregó.
Otro gran eje de la protesta son los planes del municipio de trasladar a los manteros al gigantesco boulevard que está construyendo, aprovechando el gran paso de gente que ahora tiene la cuadra gracias a las oficinas de Anses allí instaladas y a las de PAMI, que están a la vuelta. “No creo que este sea un lugar para ellos. Esta es una calle que no es comercial. No estamos en contra de ellos”, dijo Omar, siendo lo más políticamente correcto posible ante la prensa, mientras sus compañeros de manifestación cortaban el tránsito con una bandera que decía “Ponce, los vecinos no queremos manteros”.
“De una día para otro vinieron 4 o 5 empleados, empezaron a echar mezcla y mire lo que hicieron. Yo no tengo nada contra los manteros, pero ellos tendrían que haber informado y hecho un montón de cosas para que podamos convivir con esa gente”, dijo José, otro indignado vecino de la cuadra, quien además teme por las inundaciones que el boulevard, gracias a su gran altura, pueda causar en la zona.
“Viene Picco, que lo jura por él, por la madre y los hijos que acá no vienen los manteros, que van a arreglar la obra. Después viene Bazla y así se van tirando la pelota”, concluyó el vecino.