[dropcap style=”circle”]L[/dropcap]os últimos días se han multiplicado los reclamos en las redes sociales del programa Empezar, ya que los jóvenes que firmaron convenio y están trabajando desde el mes de noviembre todavía no han cobrado ni una sola “asignación monetaria”, que es el término con el que el Gobierno ha denominado el beneficio económico que se paga en este programa.
Los convenios comenzaron a firmarse en el mes de noviembre, unos días antes de las elecciones. Ese mismo mes, muchos jóvenes comenzaron a realizar sus tareas en distintos comercios e instituciones de la provincia. La firma de convenios continuó las primeras 2 semanas de diciembre. Por último, el 26 de diciembre se anunció que, a partir del día siguiente, se iba a “pausar” la firma de convenios, sin dar ningún tipo de explicación de por qué se tomaba esta decisión.
En Facebook, esta publicación del 26 de diciembre cuenta hoy con decenas de mensajes de jóvenes que están reclamando porque hace más de 2 meses que están trabajando y todavía no cobran los $9.000 o $12.000, según la modalidad, que el Gobierno había prometido. A continuación, reproducimos algunos de los comentarios que pueden verse en esta publicación.
A su vez, La Gaceta Digital contactó a dos jóvenes que forman parte de este programa y que todavía no han cobrado ni un peso. Una de estas jóvenes es Fátima Luján, quien desde el 15 de noviembre está trabajando en un kiosco de familia, de lunes a viernes, cumpliendo 4 horas diarias.
“Pasaron los primeros días de diciembre y no nos daban respuesta de nada. Volví a preguntar a fines de diciembre y nos dicen que para los primeros días de enero. Llegaron los primeros días de enero y ninguna novedad. Yo seguía preguntando y nos dicen que para después del 15. Pasó el 15 y no tenemos novedad. Pregunté de nuevo y no me dan respuesta de nada. Parece que están jugando. No es mucha plata, pero para nosotros, con 20 años, nos ayuda, porque aparte de ese trabajo siempre tenemos otro. Nadie hace nada hoy con $9.000, pero a nosotros nos ayuda”, comentó Fátima.
“Cuando nos estábamos inscribiendo, nos daban respuesta de todo. Nos decían que cualquier cosa les avisáramos, y ahora, que realmente necesitamos respuestas, no hay nadie. Nos sentimos como usados”, agregó la joven.
El otro caso es el de un joven, a quien llamaremos “Martín” ya que prefirió permanecer en condición de anonimato por temor a represalias. “Martín” desde diciembre trabaja en un laboratorio médico de la ciudad de San Luis y todavía no ha recibido ni un pago. “Mi primer sueldo lo debería ver en febrero, a mediados, como te dicen en la Secretaría de la Juventud. Trabajo de lunes a viernes, de 9 a 13hs, me manejo en moto y son $1.000 semanales en combustible. Encima ahora se me rompieron las válvulas, así que está en el taller y voy en una bici”, contó “Martín”, quien además tiene dos amigos trabajando desde noviembre, en una inmobiliaria y una tienda de ropa, que tampoco han cobrado.
Ambos jóvenes coincidieron en señalar la incomodidad que genera en sus jefes esta situación, ya que los jóvenes están trabajando prácticamente gratis. “Los dueños siempre nos trataron de lo mejor y se sienten culpables, porque todavía no nos pagan y están tratando de pagarnos ellos algunos días, aunque sea”, contó Fátima. Por su parte, “Martín” contó que su jefe le está pagando $1.000 por semana.
“Esto es una burla total porque nadie puede vivir trabajando por $150 la hora o $12.000 mensuales, y eso que no menciono a las personas que están trabajando en los planes de $9.000 pesos mensuales, los cuales cobran algo así como $110 la hora. No me enojo porque al fin y al cabo es algo, pero si le diría a la Secretaria de la Juventud que piense lo que es cobrar por hora la mitad de lo que vale una cerveza o incluso menos de lo que vale un sachet de leche”, concluyó “Martín”.
El reclamo de los jóvenes tiene muchísimo sentido. Un trabajo de medio día debería estar pagando, como mínimo, $25.000 mensuales. Los montos del programa Empezar inclusive son muy inferiores a la ayuda al desempleado, la cual otorga un beneficio económico de $20.000 mensuales sin tener que brindar ningún tipo de contraprestación laboral.