El pasado viernes, tras la audiencia preliminar por la causa de los pedidos de renuncias anticipadas a jueces en el año 2004, en la que están acusados el ex viceministro Mario Zavala y el ex ministro Sergio Freixes (actual titular de Medio Ambiente, Campo y Producción); el fiscal Cristian Rachid habló con la prensa sobre varios aspectos de la misma, como las insólitas demoras que generó uno de los acusados, la posible pena que enfrentan y la posibilidad de que el gobernador, Alberto Rodríguez Saá, haya estado al tanto de lo que ocurría.
En principio, el juicio será del 22 al 26 de octubre, pero si se incluyen todos los testigos que se han solicitado, seguramente podría extenderse más allá de esa fecha. Entre testigos se encontraba el fallecido abogado Carlos Salomón, pero la mayoría de ellos son personas que hoy están en “función judicial”, comentó Rachid.
Al respecto, el fiscal aclaró que los magistrados tienen el derecho de no declarar de manera oral y de hacerlo por escrito, pero que hay “casos muy puntuales y esporádicos”, por lo que Fiscalía va a insistir en que comparezcan. De acuerdo a Rachid, la Fiscalía tiene “30 testigos fundamentales”.
“Son todas claras maniobras dilatorias. No hay ninguno que tenga un claro fundamento. De hecho, ya registro como tres incidentes de recusación con causales que ni siquiera encuadran en el Código Procesal Penal”, dijo Rachid, quien luego se refirió al insólito pedido de Zavala de demorar el juicio hasta tanto se implemente en la Argentina el juicio por jurado.
“A eso me refiero cuando digo lo dilatorio. Es sabido que en nuestro país a nivel federal jamás existió el juicio por jurado”, dijo el fiscal, calificando el pedido como “una locura” e “impropio”.
En cuanto a las posibles penas que enfrentan Zavala y Freixes, el delito más grave del que están acusados, que es coacción agravada, tiene una pena máxima de 10 años de prisión.
Otro punto por el que fue consultado Rachid es hasta donde llegaba la cadena de gente al tanto de los pedidos de renuncia. El principal imputado es Zavala y luego Freixes por ser su jefe directo, ya que era imposible que desconociera lo que hacía su viceministro. Por ende, la pregunta es si el jefe de Freixes, el gobernador Alberto Rodríguez Saá, también estaba al tanto de lo que ocurría. “En la causa se ha analizado todo y nunca se llegó a determinar una responsabilidad por arriba de ese nivel”, fue la respuesta de Rachid.