
[dropcap style=”circle”]E[/dropcap]l día de ayer trascendió uno de los casos más trágicos de la pandemia. Una niña de 10 años quedó huérfana luego de que sus padres, ambos trabajadores de la salud con domicilio en Nueva Galia, fallecieran por coronavirus. La mujer, María de los Ángeles Puglisi, era odontóloga y trabajaba en el hospital de Fortuna. El hombre, Leonardo Defeis, era licenciado en Producción de Imágenes y se desempeñaba en la salud pública de Nueva Galia. Ninguno de los dos estaba vacunado contra el Covid, lo que ha generado una gran polémica.
En este contexto, la ministra de Salud, Silvia Sosa Araujo, explicó que no habían sido vacunados porque “no estaban inscriptos”. Tras destacar que la vacunación “es voluntaria”, Sosa Araujo, en declaraciones a FM Ciudad, sostuvo que “fue muy alto el porcentaje que no se quiso vacunar” en la primera tanda de vacunación para el personal de Salud, que se realizó del 29 de diciembre al 15 de enero.
Al día de hoy, serían unos 125 los trabajadores de la Salud que han sido relevados por APTS, quienes se encuentran inscriptos, pero no han sido vacunados. En este sentido, desde el gremio de la salud se subrayó la importancia “de priorizar a los profesionales y técnicos de la salud en la inoculación contra la Covid-19, independientemente del momento en el que manifiesten su voluntad de ser inmunizados”.
“Todo lo que es Salud, nosotros lo priorizamos para vacunarlo. Nuestra prioridad es Salud, cuidamos Salud. Toda la gente que atiende directamente a Covid, absolutamente toda, está toda vacunada”, dijo Sosa Araujo al respecto, asegurando que se prioriza al personal de salud, por más tarde que se haya inscripto. Quienes se inscriban y aleguen ser personal del salud, deberán llenar una encuesta que se les enviará por correo.
La ministra también hizo hincapié en que se han detentado casos de “muchísima gente del sistema de Salud que contrajo Covid estando de licencia Covid, o sea que no fue a trabajar durante toda la pandemia y estaban de licencia en sus domicilios”.
Ya saliendo del marco de los trabajadores de salud, Sosa Araujo también contó que han detectado “personas que te mienten, te ponen como factor de riesgo obesidad y vos los tenés sentados cuando llegan a vacunarse y lo que menos tienen es obesidad”.
Los dichos de la ministra contrastan con las últimas declaraciones de la secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos de la Salud (APTS), Ana Lía Trifiró, quien sostuvo que entre sus afiliados hay 125 personas que están inscriptas y aún así no han sido vacunadas. “Pero sabemos que son más, pasa que muchos de ellos no se han enterado de que nosotros estamos haciendo esta recolección de datos. Yo estoy hablando del personal que no tiene ninguna dosis”, dijo la secretaria general de APTS.
Claramente, las campañas de los medios masivos en contra de las vacunas para el Covid-19 que adquirió el Gobierno Nacional no solo hicieron mella en la población general, sino también en los profesionales de la salud. “En el mes de diciembre, muchas personas, profesionales y técnicos, teníamos algunas dudas acerca de la composición de la vacuna, de si era eficaz, de que si no hacía mal; y muchos no se inscribieron. Muchos sí nos inscribimos, y otro tanto no nos inscribimos para recibir la vacuna en el mes de enero, porque no era obligatorio. Cuando decidimos inscribirnos después en marzo, nos dicen: ‘bueno, ahora tienen que esperar’. Nosotros no podemos esperar, porque si nosotros esperamos, nos infectamos y nos podemos morir”, dijo Trifiró, remarcando que “cuando el personal de salud de su OK para ser vacunado, se lo vacune inmediatamente y no tenga que pasar a una lista de espera”.
En cuanto al matrimonio de Nueva Galia, la médica aseguró que, “en primera instancia ellos no quisieron”, pero que Defeis lo hizo en el mes de marzo, mientras que Puglisi estaba “esperando el permiso de su médico, porque tenía unas patologías de base, para ser vacunada”.
“Él sí manifestó su voluntad de vacunarse en el mes de marzo y no fue llamado, y se contagió y se murió”, concluyó Trifiró.