Para la Cámara de Diputados solucionar la acefalía de El Trapiche ya no es urgente

“Si en 15 días no se puede dar tratamiento a un proyecto de ley que tiene 4 artículos, a mi me da un poquito de vergüenza”, opinó el diputado José Giraudo.

Ayer, tras dos horas de debate, la Cámara de Diputados resolvió quitarle el término “muy urgente” al proyecto enviado por el Poder Ejecutivo para que se designe un interventor y se llame a elecciones en dicho el municipio. El debate estuvo lleno de posiciones enfrentadas y acusaciones que volaron para todos lados, lo que hizo aún más inentendible que este proyecto de resolución, propuesto por el bloque del Frente Progresista Cívico y Social, fuera finalmente aprobado por unanimidad, más allá de las abstenciones de los diputados José Giraudo y José María Escudero de Sanluiseños por el Cambio.

Al quitarle las palabras “muy urgente” al proyecto enviado por el Ejecutivo, lo que se logra es que la ley no sea aprobada de manera ficta (automática) y sin modificaciones cuando se cumplan las dos semanas desde que tomó estado legislativo. Cabe destacar además que este proyecto necesita de la mayoría agravada (dos tercios de los diputados) para su aprobación, cosa que ni siquiera Compromiso Federal tiene por su cuenta.

Lo que no quedó del todo claro es qué es lo que se logra con quitarle al proyecto del Ejecutivo su carácter de urgente, ya que de este modo el tema puede llegar a dormir por meses en la Cámara de Diputados. Peor aún, Compromiso Federal podría nunca aprobar la intervención y posterior llamado a elección, más aún cuando el radical Juan Manuel Rigau es quien se perfila como uno de los candidatos más populares, extendiendo de este modo la gestión que hoy en día está llevando el programa gubernamental de Asuntos Municipales. 

Al parecer, el interés de los radicales es introducir una serie de modificaciones al proyecto, como que El Trapiche finalmente tenga Concejo Deliberante, y lograr que Compromiso Federal les brinde su apoyo. El sacar las palabras “muy urgente” también les da la seguridad, más allá de como resulten las negociaciones con los otros bloques, de que si Compromiso Federal no da quórum la próxima sesión, el proyecto no se apruebe de manera ficta.

“Este tema exige una búsqueda de consenso que pueda alcanzar esos 29 votos que nos obliga la Constitución de la Provincia. Y hasta el día de hoy, más allá de la voluntad y las iniciativas legislativas de varios de los bloques, no tenemos alcanzado ese consenso”, dijo en su exposición el radical Walter Ceballos, quien propuso y logró que este proyecto se tratara sobre tablas.

Más allá de las democráticas palabras de Ceballos, fue el radical Fidel Haddad quien dijo las cosas como son: “No queremos correr el riesgo de que el Miércoles que viene no haya quórum y la ley, tal como viene del Ejecutivo, con la que nosotros no estamos de acuerdo, quede sancionada de manera ficta”.

Por el lado de Compromiso Federal, su apoyo a esta resolución de los radicales es un tanto difícil de comprender, pero parece inclinarse por el lado de mostrarse como que están dispuestos a escuchar a los bloques minoritarios. “Vamos a acompañarlo por los fundamentos expuestos (por Ceballos) y también por la gravitación que tienen (Los radicales) como fuerza política al ser la primera minoría”, dijo Gonzalo Estrada, de Compromiso Federal, quien agregó que “no es sano” que se produzca la aprobación ficta. 

“Estamos dispuestos a conseguir el consenso necesario que la institucionalidad de El Trapiche reclama”, manifestó Estrada, quizás ignorando que lo que la gente de El Trapiche seguramente quiere es un intendente, sin importar si las elecciones fueron convocadas a través de un proyecto aprobado de manera ficta o no. 

Aun más inentendible resultó la posición de los diputados de Frente para la Victoria, quienes, aparentemente, estaban enojados por el
Gobierno puso las palabras “muy urgente” en el proyecto. Además, todo indica que manejan una versión de la Constitución provincial que dice que el Ejecutivo no puede enviar proyectos que necesiten de los dos tercios de la Cámara y sean además de carácter urgente.

“El Gobernador no debió haber introducido el concepto de tratamiento urgente o muy urgente, por una cuestión de cuando se trata de mayorías agravadas, no se puede dar ese tratamiento por una cuestión simple y por una cuestión lógica. En el futuro, el Gobernador va a reformar una constitución con el ‘sancionamiento’ ficto de una ley”, dijo Daniel González Espíndola, quien claramente desconoce la palabra “sanción”. “Por eso nosotros creemos que debe tener una sanción urgente”, fueron las palabras con las que el diputado cerró su alocución, minutos antes de votar para que se quiten las palabras “muy urgente” del proyecto.

Y como no podía ser de otro modo, hubo más de un diputado que se fue por las ramas y/o dijo cosas sin sentido cuando hizo uso de la palabra, como Estrada quien dedicó varios minutos a explicar “el valor del silencio”; el siempre payaso Raúl Laborda Ibarra preguntando si “¿fue una actitud destituyente o no lo que hizo el Gobierno de Kirchner con el gobernador de Santa Cruz en 2006?”; y hasta el elocuente Haddad sorprendiendo a propios y extraños cuando dijo que no iba a hablar de “El Trapiche porque no es el tema que estamos hablando hoy”.

Ya después de casi una hora y media de debate, fue el mercedino José Giraudo quien logró sintetizar lo que casi todo el mundo que estaba presenciando el debate pensaba a esa altura. “Estamos incorporando cosas ajenas a la propia cuestión que hay resolver. No estamos actuando a la altura de las circunstancias. No tratamos el tema Trapiche, pero sí tratamos sobre tablas sacar la palabrita urgente o muy urgente. Señora presidenta, es urgente. Señora presidenta, es muy urgente. Es un pueblo que no tiene su autoridad máxima”, disparó el presidente del bloque Sanluiseños por el Cambio.

“¿Y que pasa si un día, con un tema urgente o muy urgente, los legisladores no se ponen de acuerdo? Si en 15 días no se puede dar tratamiento a un proyecto de ley que tiene 4 artículos, a mi me da un poquito de vergüenza. Cuando se aplica la solución de la sanción ficta de las leyes, tiene que ver con que fracasan las Cámaras. No estamos a la altura de las circunstancias y el mensaje que le estamos dejando a la sociedad es un mensaje muy feo”, concluyó Giraudo, antes de que se apruebe quitar las palabras “muy urgentes”, sumiendo de este modo a El Trapiche en una mayor incertidumbre.

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