Papelón de Alejandro Sosa en las audiencias para reformar el estatuto del empleado municipal

“El estatuto municipal lo manejamos nosotros”, dijo el secretario general del Sindicato de Empleados Municipales, enojado por la participación de otros gremios y asegurando que no hay que cambiar nada del estatuto de 1961.

Un papelón protagonizó el día de ayer Alejandro Sosa, secretario general del Sindicato de Empleados Municipales, durante la primera de las audiencias públicas que el Concejo Deliberante está llevando adelante para reformar el estatuto del empleado municipal. 

Para sorpresa de todos, Sosa comenzó su alocución asegurando que el sindicato fue notificado sobre estas audiencias públicas con tan solo un día de anticipación. “Es algo que no lo sabíamos y tampoco sabemos quien es el hacedor que ha promovido esto”, dijo el gremialista, quien rápidamente fue desmentido por no solo el concejal Federico Cacace, que pertenece al partido de Enrique Ponce, sino también por el presidente del Concejo, Roberto González Espíndola, quien al igual que Sosa pertenece al oficialismo provincial.

Cacace le recordó que hace 10 días lo llamó por teléfono y mostró tiene la nota formal de invitación a la reunión, con fecha del 15 de agosto. “Está recibida por usted y firmada”, dijo Cacace; mientras que González le recordó a Sosa que estos temas han sido planteados en reuniones de las que él y otros miembros del sindicato “fueron parte”.

Volviendo a Sosa, el secretario gremial continuó sorprendiendo a todos cuando manifestó que su sindicato no le quiere cambiar nada al estatuto del empleado municipal. “El estatuto fue creado por el sindicato y funcionarios de aquella época y nosotros creemos que el estatuto está en vigencia en todas las ordenanzas que tiene actualmente, no hay nada que esté fuera de lugar”, dijo Sosa. “El estatuto municipal no es viejo, es original. La ordenanza es original. Que después ‘haigan’ muchas ordenanzas sueltas y se tiene que hacer un texto, es otra cosa”, agregó, dejando su postura más que clara.

Otro momento más que llamativo de su discurso fue cuando aseguró que no hay ningún pedido por parte de los trabajadores municipales en relación a mejorar el estatuto. “Nosotros no tenemos ningún pedido. ¿Qué es lo que necesitan los empleados municipales? ¿Qué es lo que piden acá?”, se preguntó el gremialista, quien además reconoció no saber cuántos empleados tiene, por ejemplo, el Concejo Deliberante.

La vergonzosa alocución de Sosa concluyó con una perorata impulsada por el enojo que le produce que otros sindicatos, como ATE, hayan comenzado a representar a empleados municipales. “El estatuto municipal lo manejamos nosotros, los empleados municipales. Ningún otro gremio de afuera lo maneja. Lo manejamos nosotros, Sindicato de Empleados Municipales. Que les quede bien clarito. Somos nosotros los originales”, concluyó Sosa.

Por suerte, el resto de los oradores estuvieron a la altura de las circunstancias y aportaron datos más que importantes sobre el actual estatuto y sobre cómo fue confeccionado. En particular, se destacó la intervención de Pablo Patiño, delegado de ATE, quien hizo un análisis histórico, asegurando que el estatuto actual tiene un fuerte componente antidemocrático y que “no existió participación gremial real en la discusión de su formulación, debido a que los mismos se encontraban proscriptos y/o perseguidos por quienes dirigían las distintas reparticiones del estado, también intervenidas”.

“Este estatuto municipal fue lanzado unilateralmente, sin discusión, por un poder ejecutivo y legislativo debilitado por las dictaduras militares anteriores y posteriores, bajo la figura de una democracia de transición fuertemente influenciada por
los poderes fácticos de la época”, dijo, contundente, Patiño. “El estatuto municipal debe ser un instrumento de fácil acceso para los trabajadores, de fácil comprensión, disponible en cada sector de trabajo, actualizado en el contexto social, político y económico de la época que transitamos. Y sobre todo, debe estar debe estar encuadrado en las normativas vigentes que intervienen en asuntos laborales, ya sean del orden provincial, nacional o de los organismos internacionales de trabajo organizado”, agregó el delegado de ATE.

Entre las grandes omisiones del estatuto actual, y que a Sosa parece que no le importan, Patiño destacó que el mismo no establece cada cuanto un empleado debe acceder a una categoría superior, que tareas son consideradas peligrosas o insalubres, cómo se establece el llamado a concurso en la carrera administrativa, los días de licencia para cuidar un familiar enfermo y qué artículo fija las sanciones económicas, entre tantas otras cosas. Además, mencionó incoherencias, como que si un contratado de categoría 20 es pasado a planta permanente, se lo baja a la categoría 7.

Las audiencias públicas continuarán el próximo miércoles, con más gremios que nuclean a los empleados municipales; mientras que en la tercera expondrán los representantes del Juzgado de Faltas y del Tribunal de Cuentas; y en la cuarta harán lo mismo los representantes del Concejo Deliberante y del Poder Ejecutivo municipal.

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