El primer puesto es para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que tiene una tasa de empleo del 50%, mientras que las dos únicas áreas geográficas con menores índices que el Gran San Luis son Formosa y el Gran San Juan, con un 32 y un 36,5%, respectivamente. A su vez, el promedio de los 31 aglomerados urbanos que mide el INDEC es una tasa del 42,4%.
Lo más llamativo de todo esto es que, como ya lo señaló La Gaceta la semana pasada, el INDEC indicó que San Luis tiene un tasa de desocupación del 3,5%, la cual, si bien no es la más baja del país, es muy inferior al promedio nacional del 8,3%.
¿Cómo es esto posible?
A la hora de medir la bendita “tasa de empleo”, el INDEC toma en cuenta la población total del área geográfica que está midiendo. Sin embargo, cuando tiene que medir la desocupación lo hace en base a la “población económicamente activa”. Este último e importantísimo término no tiene nada que ver con que, como mucha gente cree, una persona esté en edad de trabajar, sino que está compuesto “por las personas que tienen una ocupación o que sin tenerla la están buscando activamente”.
La “población económicamente activa” de San Luis es, según el INDEC, de 87 mil personas. En base a esta cifra, el organismo asegura que en el Gran San Luis, de julio a septiembre de este año, solo había 3.045 desocupados, que es el 3,5% de 87.000. De ahí es que San Luis tiene una desocupación y una tasa de empleo muy bajas al mismo tiempo.
Además, en la última página de sus informes, el INDEC aclara que el concepto de población desocupada no incluye a “personas que realizan trabajos transitorios mientras buscan activamente una ocupación”, ni a “los desocupados que han suspendido la búsqueda por falta de oportunidades visibles de empleo”. Dicho de otra manera, si una persona no tiene trabajo y no está buscando uno, no es un desocupado, porque para ser un desocupado tenés que estar buscando empleo.
Entonces, si solo habían 3.045 desocupados, ¿de donde salieron esos 74 mil planes sociales?
74 mil personas es una cifra cercana al 20% de la población total de la provincia. Claramente, esa gente no tenía trabajo, porque si lo hubiese tenido no habría podido acceder a un plan social del Gobierno provincial. Lo que es más, 74 mil personas representan casi el 85% de la población económicamente activa de San Luis.
Por ende, la única conclusión posible que uno puede sacar, además de que las mediciones del INDEC están diseñadas para ocultar lo que el grueso de la población entiende por desocupación, es que estas 74 mil personas que ahora tienen planes sociales, antes no tenían trabajo, pero tampoco lo buscaban. Recordemos que, en base al término de “población económicamente activa”, del cual se desprende el de desocupación, si no tenés trabajo, pero no lo estás buscando, no sos un desocupado.
Un estudiante universitario que no trabaja es un buen ejemplo de esto último, pero lo que realmente impide llegar a un número claro con respecto al desempleo real de un área geográfica es que el INDEC no fija ninguna postura clara con respecto a los planes sociales y sus beneficiarios. Claramente, estas personas no están incluidas en los índices de desocupación, pero tampoco lo están en los de empleo o de población ocupada. Los beneficiarios de planes sociales existen en un limbo que, estadísticamente, no sube las tasas de empleo de una región, pero tampoco la de desocupación.