Expectativa en Villa Mercedes por la resolución del caso Trapasso. El próximo viernes finalizaría en Villa Mercedes el juicio por la muerte de María Rosa Zalazar, una nena de 12 años que luego de sufrir una violación, murió a raíz de una infección genital originada por la agresión. En esta causa están imputados el padrastro de la nena y la madre de la menor, quien está acusada de abandono de persona agravado. El caso María Rosa y el caso Giuliana movilizaron en los últimos tiempos a la comunidad de Villa Mercedes, la cual, sensibilizada por el caso Luna Martínez, teme que los jueces Guillermo Gatica, María Silvia Insúa y Aníbal Astudillo dejen impune el caso con un fallo absolutorio a favor del principal acusado.
De acuerdo a los testimonios surgidos del debate oral, la pobre María Rosa nació en un ambiente casi marginal. Hija de una madre que fue acumulando vástagos de varias parejas, María Rosa en el último tramo de su vida había sumado a sus padecimientos el terror que le inspiraba su padrastro, Roberto Trapasso, un individuo conocido en Villa Mercedes por su vinculación con el robo de autos y con la comercialización de autopartes de procedencia dudosa. Trapasso desde hace unos años había formado pareja con María Luisa Zalazar, madre de María Rosa, con quién, a pesar de que en el juicio argumentó disfunciones sexuales a causa de una diabetes, tuvo dos hijos quienes en la actualidad tienen cuatro y siete años..
El calvario de María Rosa culminó el 5 de julio de 2008, cuando la nena de tan solo doce años falleció en el Complejo Sanitario de San Luis, a raíz de la generalización de una infección sin tratamiento que padeció en la zona genital durante más de 10 días, luego de que, según se sospecha, Trapasso la violara. Según declararon en el juicio los docentes de la escuela a la que asistía María Rosa, ellos habían notado un comportamiento extraño en la nena y se lo hicieron saber a la madre, la cual les contestó que la menor “sufría de un granito en la cola”. Dos días antes de morir, María Rosa se descompuso en el aula y el personal de la escuela llamó de urgencia a la madre, la cual llevó a la criatura en coma al Hospital de Día del Barrio Jardín del Sur y de allí fue derivada de urgencia al Policlínico de Villa Mercedes desde donde, a falta de una terapia intensiva infantil, la derivaron al Complejo Sanitario San Luis, donde falleció.
Dos días después del fallecimiento, el 7 de Julio de 2008 fue detenida la madre de María Rosa, mientras que Roberto Trapasso se fugó de Mercedes y fue detenido el 11 de julio en la localidad bonaerense de Moreno. La imputación contra la madre radica en que la gravedad del cuadro que presentaba la nena no pudo pasar desapercibido por el entorno familiar y que Zalazar trató de minimizar los padecimientos de la criatura, quien fue violada por lo menos diez días antes de morir y desde entonces padeció una infección creciente.
María Rosa vivía junto a su madre, Roberto Trapasso y cuatro hermanitos menores, y en el debate oral quedó demostrado que la pequeña salía de su casa sólo para asistir a la escuela y que no tenía novio, por lo que las sospechas se centraron desde el principio en el entorno familiar. Vecinos que declararon en la causa describieron a Trapasso como un individuo agresivo, pero la defensa del principal acusado basó su estrategia en desviar la atención hacia otro medio hermano de María Rosa, el cual no vivía con ellos.
El 16 de julio de 2008 el juez actuante ordenó el procesamiento y prisión preventiva de Maria Luisa Zalazar por el delito de abandono de persona agravado por el vínculo, y el 19 de julio de 2008 ordenó el procesamiento y prisión preventiva a Roberto Alfredo Trapasso, por el
delito de Abuso Sexual con acceso carnal agravado por resultar muerta la victima. Fuentes confiables aseguran que desde entonces la defensa de Trapasso urdió una maniobra que involucró presiones y amenazas contra el medio hermano de 17 años de María Rosa, el cual fue coaccionado para hacerse cargo de la violación de la nena, con la promesa de que no iría preso debido a que era menor de edad.
Según fuentes judiciales, en marzo de 2009, José Zalazar, amenazado por Leonardo Trapasso -hijo del principal acusado- concurrió al juzgado y se autoincriminó en la violación de María Rosa, pero en septiembre del 2009 el medio hermano de la nena volvió a presentarse en sede judicial y se desdijo, asegurando que había declarado bajo amenazas de su ya detenido padrastro y del hijo de este.
Según declaró José Zalazar, Leonardo Trapasso y Flavio Ávila –abogado del principal acusado- lo citaron al estudio del letrado, donde le dijeron que “si se hacia cargo de la violación lo iban a sacar pagándole una fianza y que no quedaría preso porque tenia 17 años”. Según Zalazar, Trapasso hijo y el abogado suavizaron las amenazas diciéndole que todo lo hacían para que de esa manera quedaran libres su madre y su padrastro.
Una pericia informática surgida a raíz de un secuestro de celulares producidos en otra causa en la que Roberto Trapasso también se encuentra procesado (“Lombardi Alberto Federico –Av. procedencia automotor” PEX 81520/10, que tramita ante el Juzgado de Instrucción Nº 1) confirma en parte la declaración de Zalazar. La pericia se realizó luego de un allanamiento donde fue secuestrado el celular de Leonardo Trapasso y entonces apareció un mensaje de texto en la bandeja de salida que textualmente dice “ahí está parece que José se va a ser cargo, eso me dijo mi viejo”.
Durante el juicio oral comenzado el 27 de junio de 2011 Roberto Trapasso, declaró que desde hace años padece disfunciones sexuales a raíz de una diabetes y de permanentes tratamientos médicos, omitiendo que al momento de la muerte de María Rosa tenía con María Luisa Zalazar dos hijos de 6 meses y de 4 años de edad y desde entonces algunos asistentes al debate -quienes crearon una cuenta en la red social Facebook denominada “María Rosa Justicia (Justicia para nuestros niños)-, temen que los jueces absuelvan a Trapasso debido al reiterado hincapié que efectúan los magistrados acerca de la falta de testigos directos de la violación y del acoso sufrido por María Rosa.
“Es cierto que los jueces en San Luis tienen mucho trabajo, pero estos tres son particularmente conocidos por ser vagos a la hora de estudiar. Es sabido que en el juzgamiento de los delitos sexuales se necesitan sólo indicios, porque son delitos que se desarrollan en ámbitos privados o aislados. Nunca hubo, no hay y nunca va a haber en este tipo de delitos testigos directos. Los pedófilos son la mayoría de las veces viejitos con cara de buenos y de no haber nunca roto un plato, y eso es lo que favorece que puedan consumar las violaciones, pero estos jueces hace rato que vienen insistiendo en preguntar acerca de la falta de testigos directos en el caso María Rosa”, repetía indignada una mujer en un cuarto intermedio de la pasada audiencia.
Autos robados
Según fuentes policiales y tribunalicias, luego del encarcelamiento de Roberto Trapasso la policía encontró enterrados en su casa de la esquina de Guido y Miguel B. Pastor tubos de GNC, títulos de automotores falsos, autopartes, tarjetas verdes y recibos. Es en ese allanamiento donde se origina la causa “Lombardi Alberto Federico –Av. procedencia automotor-“ PEX 81520/10, que tramita en el Juzgado de Instrucción Nº 1; en la que hay cinco personas indagadas, entre ellas Roberto Trapasso y su hijo Leonardo Trapasso. En ese expediente, los Trapasso se encuentran acusados por estafa, adulteración de motor y chasis y asociación ilícita.
La causa aún se encuentra sin resolución, a pesar de que existen escuchas telefónicas efectuadas a delincuentes de Buenos Aires,
quienes eran los encargados de robar los autos que Trapasso y su hijo comercializaban, y de que también existen pericias sobre los autos de denunciantes, cuyos datos y documentación habían sido falsificados. En ese mismo allanamiento la policía también secuestró los cuños que los Trapasso utilizaban para adulterar los chasis y motores de los vehículos.