Muchas veces el objetivo es quedarse con la información del destinatario. Recientemente surgió una estafa distribuida a través de WhatsApp que prometía acceso gratis WiFi y aseguraba que el propio WhatsApp realizaba la oferta para que estuvieras activo en la app sin gastar tus datos móviles. Todo era mentira, por supuesto, y resultaba obvio cuando seguías los enlaces que aparecían en esa estafa.
Cuando usabas un modelo antiguo de iPhone, se accedía a un supuesto sorteo de un iPhone de último modelo solo con enviar el spam original a cuatro grupos de amigos.
La excusa de que “tenemos que saber cómo contactarte para entregarte el premio si ganas” se usa para sacarles a los usuarios toda la información posible, que de otra manera no darías a extraños. Se debe tener cuidado con este tipo de sorteos ya que su único propósito es recopilar información personal, de otra manera, solo requerirían la información de contacto al que ganara el premio.
Cuando se ingresa al spam desde un dispositivo Android, se debe reenviar a 15 amigos e instalar dos aplicaciones: Las dos apps son legítimas y sin ninguna conexión con la estafa excepto que los delincuentes las escogieron como cebo para añadirlos a tarifas premium.
No hace falta decir que el WiFi gratis nunca se materializó ya que era falso desde el comienzo. Al igual que esta estafa, hay muchas circulando por WhatsApp como cupones de descuento o sorteos de smartphones.
Las diferencias con el spam de correo electrónico
La diferencia básica de una estafa a través de WhatsApp con la misma metodología por correo electrónico es que se reciben mensajes de alguien a quien conoces, ya que lo han engañado para propagar la estafa.
El spam normalmente se envía desde ordenadores infectados llamados bots o zombies que son utilizados para inundarnos con millones de correos electrónicos y cuya procedencia se desconoce. Los estafadores a través de WhatsApp no necesitan de esa infraestructura. Simplemente confían en la inocencia de los usuarios de esa app y su capacidad para hacerlo creíble, ya que la buena voluntad y la confianza entre las víctimas hará el resto.
¿Qué hacer?
Cuando se recibe un regalo o súper ofertas, especialmente si los envía un amigo, es muy fácil caer en la tentación de no probar ya que “qué nos puede pasar”. Después de todo, las estafas no suelen instalar ningún malware, por lo que pueden parecer inofensivas.
Pero no dejan de ser una estafa, y aunque lo único que hagas sea mirar de qué se trata, eso puede traer consecuencias potencialmente graves a tus amigos, al inundarlos con propaganda o incluirlos en servicios de tarifa especial.
Simplemente hay que mantenerse alejados: no los pruebes, no los creas, no los distribuyas, no contestes.