ACISAME es una iniciativa de un grupo de profesionales de la provincia que han formado una ONG cuyo objetivo es “tener una participación activa en lo que a la especialidad se refiere”, nucleando a distintos profesionales que intervienen en lo que respecta a la salud mental, no solo del ámbito público, sino también el privado. Con este objetivo, ACISAME ha elaborado un documento con sus apreciaciones e ideas para mejorar la situación actual, el cual ya ha sido entregado a las nuevas autoridades del Gobierno provincial.
“San Luis está en una situación de mucha crisis en el tema salud, tanto en lo público como lo privado. No hay una organización que permita atender las demandas que la sociedad en este momento está necesitando”, dijo Guzmán, mencionando problemáticas como la violencia de género y las adicciones, de las cuales también se ocupa la salud mental.
Uno de los problemas que ve Guzmán es que la provincia, desde hace varios años que no cuenta con una institución de formación al profesional desde el área de la salud mental. “Esto se hace generalmente en el país bajo el modelo de residencias interdisciplinarias, donde ingresan enfermeros, psicólogos y psiquiatras que se quieren especializar en salud mental”, contó el presidente de ACISAME, señalando que en nuestra provincia solo se realizan residencias en medicina general.
“Es un panorama de crisis la salud en general y la salud mental en particular. Creo que este panorama de crisis en la salud no es solamente un tema de la salud pública, sino también de la privada, más si hablamos del tema de la Salud Mental, ya que el único lugar de referencia en el que tenemos internación en la provincia es el Hospital Escuela de Salud Mental”, comentó Guzmán, señalando la necesidad de contar con áreas de salud mental en todos los hospitales generales de la provincia.
Que solo exista un lugar de referencia en materia de salud mental, ubicado en la Capital, es claramente uno de los principales problemas del área, lo que hace que el desamparo se note mucho más en el interior provincial. A raíz de esto, ACISAME propone equipos móviles, que en ambulancia se trasladen a esos lugares algunos días a la semana o al mes para brindar la atención necesaria. “La Organización Mundial de la Salud dice que a la gente hay que atenderla donde vive. Imagínese una persona que vive en Candelaria y la tenemos que traer para atender o en el peor de los casos internar acá, a 150 kilómetros”, comentó el psicólogo.
En cuanto a las fortalezas de la provincia, Guzmán destacó el grupo de profesionales con el que cuenta el Hospital de Salud Mental, “de gran formación académica”; y el hecho de que haya una Universidad Nacional que dicte la carrera de Psicología, lo que brinda grandes posibilidades a la hora de formar nuevos profesionales y suscribir convenios entre diferentes organismos.
Otro punto que destacó es que la provincia se anima a innovar en lo que es materia de salud mental, por más polémica que cause, como la que se vivió cuando Alberto Rodríguez Saá, durante una de sus anteriores gobernaciones, decidió reducir al mínimo las internaciones del Hospital Psiquiátrico, convirtiéndolo en el actual Hospital de Salud Mental.
“Hoy las recomendaciones son que los pacientes se atiendan de manera ambulatoria y que cuando sea necesaria la internación se interne. Lo que se quiere eliminar es la internación injustificada y sin motivos terapéuticos. En general en el mundo entero, las instituciones de encierro han dado muy malos resultados. La mejor manera de atender es tratar de mantener a las personas en el lugar donde viven. Ya no se discute internación sí o internación no, sino que habría otras posibilidades. Esto siempre ha significado un debate, pero San Luis ha mostrado una experiencia de avanzada en el país, controvertida, pero una experiencia importante, aunque hay que mejorarla”, dijo al respecto Guzmán. “La provincia todavía no ha organizado, desde la
salud pública, dispositivos para asistir o lo que se brinda es insuficiente. Hay que reestructurar todo”, agregó.
Una de las acciones que ACISAME propone para solucionar este problema es que se reglamente el proceso para nombrar acompañantes terapéuticos, una figura que actúa como auxiliar de salud, colaborando con una persona que está bajo tratamiento médico y también con su familia. Estos acompañantes pueden asistir de diferentes maneras a las personas que padecen autismo, esquizofrenia, psicosis, trastornos de desarrollo y otros inconvenientes, aunque el rol del acompañante varía con cada paciente y familia.
“Sería muy bueno contar con estos dispositivos. Y fíjese que la provincia ha sido una de las primeras del país que ha dictado una ley que regula el ejercicio del acompañante terapéutico”, dijo Guzmán, señalando que a pesar de que está la ley y de que la carrera se dicta en la UNSL, el Gobierno no cuenta con el debido proceso administrativo para nombrar acompañantes terapéuticos.
En cuanto al Hospital de Salud Mental en sí mismo, Guzmán destacó que lo que principalmente se necesita es más profesionales, como médicos y un mínimo de psicólogos más. Por lo pronto, destacó que finalmente se ha resuelto la acefalía que se denunció a través de nuestro medio, mediante la carta de un paciente indignado por el despido del psicólogo que lo atendía a él y a unas 120 personas más.
“Tenemos mucha expectativa con la directora porque es una excelente profesional y la hemos elegido nosotros. Pero no basta con buena voluntad. En salud pública hay que hacer inversiones, hay que nombrar los profesionales que se necesitan, hay que abrir residencias especializadas, hay poner dinero, hay que planificar y hay que ordenar. Se necesita por parte del estado una política sanitaria fuerte para sostener este tipo de trabajo. Y como institución queremos hacer un aporte, no ponernos en un lugar de crítica despiadada”, concluyó Guzmán, mencionando que ACISAME se encuentra trabajando en lograr diferentes convenios con órganos como la UNSL y el Superior Tribunal de Justicia.