El proyecto fue sujeto a un larguísimo debate por un inciso que obliga a los clubes a prestar gratuitamente sus instalaciones al Gobierno.
El día de ayer, la Cámara de Diputados convirtió en ley la inembargabilidad de los bienes de los clubes de la provincia, ya sean deportivos, culturales o de otra índole. El debate del tema fue sorpresivamente largo y se extendió por casi 3 horas. Lo más sorprendente de este larguísimo debate es que se centró en solo un inciso de todo el proyecto.
El debate comenzó con una alocución del legislador Ricardo Chaves sobre la importancia de los clubes y del apoyo que les brinda el Gobierno provincial. “Canchas, vestuarios, tribunas, salones, iluminación, piletas, climatización, tecnologización para esas instituciones. Esto no se podría haber hecho nunca desde la institución sola. Ni siquiera podríamos haber soñado con esto”, dijo Chaves, deshaciéndose en elogios hacia el Gobierno provincial.
Y obviamente, durante el debate no faltaron las referencias a Carlos Ahumada, el ex presidente de Sportivo Estudiantes. “Pueden pasar dos cosas. Una es que venga un pícaro que quiere hacer sus negocios, que quiere tapar sus negociados turbios con el patrimonio del club. Otra es que por situación de crisis, de que el dirigente no puede o no sabe, genera deuda y también pone en riesgo es el patrimonio del club. Bueno, lo que queremos es decirle al hincha, al socio, al dirigente, al pueblo y al barrio, porque a ellos pertenece el club, que su patrimonio está en resguardo”, agregó Chaves.
Esta catarata de elogios se produjo en anticipación al cuestionamiento que sabía que iba a venir por parte de la oposición en relación al inciso B del artículo 4, el cual, sintetizó el oficialista, establece que los clubes “deben acordar con el Gobierno el uso gratuito de las instalaciones”.
“Lo único que hacemos es poner en papel lo que ya sucede en la práctica. No les estamos imponiendo nada a los clubes, no les estamos quitando autonomía”, continuó Chaves, remarcando que esta ley, debido al apoyo que reciben por parte del Estado, les va a generar a los clubes una obligación “de conciencia y de actitud”, pero no “de una ley”.
“Si no apoyan esta ley, no quieren que los clubes tengan en resguardo su patrimonio. No creo que sepan de las urgencias de los clubes”, dijo Chaves aún antes de que alguien de la oposición haya dicho algo con respecto al proyecto. Y ese fue el puntapié para que este pequeño punto fuera debatido por más de dos horas.
“La verdad que me cae pésimo cuando se hace una argumentación, buscando marchar la insensibilidad de nuestro bloque o que estemos en contra del deporte, o que estemos en contra de los clubes o en contra del pueblo de San Luis simplemente porque no acordamos hasta en la última coma de lo que manda en un proyecto el Gobernador de la provincia”, fueron las palabras con las que Alejandro Cacace, presidente del interbloque Avanzar y Cambiemos por San Luis, comenzó su alocución.
Acto seguido, Cacace dejó en claro que el interbloque apoya el proyecto y que solo objeta el inciso B del artículo 4. “¿De dónde surge que hay que obligar a convenir a los clubes que tengan que ceder sus instalaciones de manera gratuita? Si, como dice el diputado Chaves esto ya sucede en la práctica, que siga sucediendo así, que sea por convenios voluntarios que hagan los clubes”, dijo el opositor.
“Ahora, cuando un club tiene sus instalaciones a partir de fondos propios, a partir de aportes de los asociados o a partir de su propio patrimonio, ¿a quién se le ocurre que tenga que, obligatoriamente, ceder sus bienes de manera gratuita al Gobierno?”, continuó Cacace, remarcando que la ley fija esta obligatoriedad de prestar gratuitamente sus bienes al Estado por más que no haya recibido ningún aporte económico del mismo.
También señaló que la ley no aclara si los clubes pueden ser usados para actos políticos o no.
El legislador pidió modificar este punto, por lo que la votación del proyecto, cuando finalmente se produjo dos horas después, fue en general, con la excepción del inciso B del artículo 4. En general, el proyecto fue aprobado por unanimidad, mientras que el controversial inciso se aprobó por mayoría.