[dropcap style=”circle”]E[/dropcap]n el marco del fervor que ha causado el anuncio de la llegada de Uber a San Luis, con la enorme mayoría de los comentarios en redes sociales a favor de la aplicación, La Gaceta Digital consultó al concejal Javier Suárez, miembro de la comisión de Transporte del Concejo Deliberante, sobre la normativa actual, para saber si es “ilegal”, como este lunes manifestaron desde el Sindicato de Peones de Taxis.
“La normativa vigente no permite que cualquier particular, sin autorización previa o sin una licencia de la Municipalidad, pueda realizar transporte de pasajeros urbano y cobrar que considere pertinente. La ordenanza establece que solo lo pueden hacer quienes tengan una licencia”, fue lo primero que el concejal aclaró, ante la consulta de este medio.
“No cualquiera puede agarrar un auto el día de mañana y levantar gente por la calle y cobrar por ese traslado. Uno para transportar pasajeros y cobrar por ese servicio tiene que estar habilitado en la Municipalidad”, añadió, señalando que quienes lo hagan podrían recibir multas de hasta $200.000.
Suárez señaló además que en Buenos Aires jamás “funcionó con una normativa que los habilitara”. “De hecho, en julio de este año, la Cámara Contencioso Administrativa de la ciudad de Buenos Aires dictó en fallo que establece que el transporte de pasajeros a través de Uber, sin estar habilitado por el Gobierno de la ciudad, es un transporte ilegal”, dijo el edil.
En este sentido, el concejal, que finaliza su segundo mandato en diciembre, hizo hincapié en que “hay que definir qué plan de movilidad urbana queremos”, ya que estas “son aplicaciones que ponen en jaque todo el sistema”. “Si Uber va a decidir quién puede transportar pasajeros y quien no, ¿para qué está el Concejo Deliberante y el Estado municipal?”, consideró Suárez.
Una solución posible que consideró Suárez es “que tener la aplicación de Uber sea un requisito más para todos los taxistas”, lo cual tendría que venir acompañado de una nueva “ordenanza donde el precio sea libre”. Esto se debe a que el precio de Uber se regula por un sistema de oferta y demanda. Un viaje que costó $500 un domingo a la mañana puede llegar a costar $2.500, por ejemplo, a la salida de un recital en la cancha de River.
En este sentido, Suárez se refirió a la importancia de la regulación por parte del Concejo Deliberante, señalando que “han habido actualizaciones de tarifa por debajo de la inflación, considerando el bolsillo de los usuarios”.
Otro aspecto que remarcó es que Uber no controla el seguro ni cuestiones como el desgaste de las cubiertas, que son elementos clave a la hora de los accidentes. Lo que sí ofrece Uber es la posibilidad de calificar el servicio inmediatamente, señalando por ejemplo que el vehículo estaba sucio o que el conductor no quería apagar la música. Como esto afecta la reputación de cada conductor y por ende los viajes que consigue, Uber apuesta a un sistema de autorregulación que ha tenido grandes resultados.
“El taxi tiene falencias, pero es parte de la falta del control que hay por parte del Ejecutivo municipal. Hay una dejadez enorme en cuanto a la rigurosidad del control de la calidad del servicio. Hay que definir qué camino seguir. El de la confrontación con este tipo de aplicaciones, o elegir el camino de la regulación. Hay que ver una normativa que garantice el trabajo de los taxistas, pero que no restrinja la posibilidad de tener opciones por parte de los usuarios”, concluyó Suárez.