“El sistema educativo cambiará cuando Google entre en los exámenes”

En una conferencia magistral, el científico indio Sugata Mitra habló del futuro de la educación y de cómo los niños son capaces de aprender por sí solos si se les da una computadora.

Con esa frase, el profesor indio Sugata Mitra sintetizó parte de sus nociones acerca del futuro de la educación; un futuro no tan lejano, ya que auguró que el famoso buscador será parte de las pruebas en un lustro. La charla fue en la Caja de los Trebejos, en Potrero de los Funes. 

Ante un auditorio conformado en su mayoría por educadores de diversos niveles, el Dr. Sugata Mitra invitó a pensar la educación actual y su desfasaje con la lógica de pensamiento de los jóvenes y sus formas de relacionarse con el mundo, formas atravesadas por las nuevas tecnologías. “La escuela es anticuada”, sentenció.

Mitra fue invitado a disertar en San Luis por la Universidad de La Punta (ULP), y desde el título de su charla ofrece una noción que ha podido comprobar en 30 años de investigación: “Los niños se enseñan a sí mismos”. Sobre ese eje conceptual, durante dos horas, habló sobre sus experiencias y se refirió a la teoría conocida como “Hole in the wall” (hueco en la pared), que consistió en empotrar una computadora en un barrio humilde de Nueva Delhi, India, para ver cómo reaccionaban los chicos.

Pero para reflexionar sobre el futuro, dijo que “debemos robarle unos minutos al pasado”, y se remontó a los orígenes de la escuela. En ese viaje hacia el pasado, llegó hasta la antigua Grecia, con Sócrates y su método de enseñanza que consistía en lanzar una pregunta sin respuesta a un grupo de 5 estudiantes, como máximo, y dejarlos pensar libremente. Luego pasaron Platón y su impronta academicista, Alejandro Magno y su ímpetu conquistador, hasta llegar al Imperio Británico y su sistema educativo victoriano cuyas premisas, según indicó, persisten hoy en las aulas alrededor del mundo y apuntan a “generar personas idénticas”. Tras los imperios llegó la era industrial y la escuela mantuvo esa característica. El problema, explicó, es que pasaron los imperios, se diluye la industrialización, y la escuela sigue siendo victoriana.

Para pensar la actualidad escolar y su poca capacidad de respuesta a los tiempos que corren, Sugata apeló a reflexionar sobre el examen, su principal herramienta para medir el nivel de conocimiento de los alumnos, y uno de sus ejes. Se basó en la noción de desmaterialización, que el avance de la tecnología propone y graficó la idea con los dispositivos para reproducir música: se pasó del tocadiscos al walkman, de éste al MP3 que hoy se convirtió una serie de ceros y unos ? lógica binaria del desarrollo de software? dentro de Ipad. “¿Qué pasará cuando la escuela se desmaterialice? Cuando el Iphone sea un implante en los lentes o en el oído con acceso a Google todo el tiempo, la evaluación deberá cambiar. Somos los docentes quienes debemos cambiarla”, afirmó. Y lanzó un interrogante que pronto, parece, será generalizado: ¿Cómo evaluar a un estudiante conectado a Internet?

En lo que refiere a los sistemas escolares, planteó también una problemática: los mejores docentes están siempre en las zonas socioeconómicas más desarrolladas, algo que pudo ver en la India, en Inglaterra y en otras partes del mundo. “Los buenos docentes no están donde más se necesitan”, dijo. Y atribuyó la situación a que los mejores maestros buscan radicarse en las zonas donde hay mayor bienestar y son quienes lo logran en detrimento de los de menor rendimiento quienes se ven relegados a la periferia. Frente a ese contexto, se le ocurrió poner en práctica una experiencia para equilibrar la situación educativa en los lugares menos favorecidos y así nació Hole in the Wall, lo que le permitió arribar a la conclusión de que los chicos con una computadora e Internet son capaces de aprender cualquier tema por sí mismos.
Fue en 1999 cuando colocó la PC en una pared de Kaljaki como si fuera un cajero automático. “La prendí y me fui. Los chicos nunca habían visto una computadora, ni utilizado Internet, tampoco sabían inglés. Y 8 horas después, los nenes navegaban en la Red”, describió. Repitió el experimento en una zona aún más remota y a los 3 meses los chicos jugaban juegos con la máquina y le pidieron un mejor procesador y un mouse. Sorprendido, les preguntó cómo sabían de esos dispositivos y le respondieron: “Aprendimos inglés”. Eso despertó su idea de que los chicos son capaces de aprender por sí mismos con nuevas tecnologías, sin la ayuda de un adulto. El experimento fue masificado tras obtener el apoyo del Banco Mundial.

Al respecto, subrayó que esa habilidad de aprender sin tutoría se da en grupos de niños, y no individualmente. El siguiente interrogante que se planteó es cuánto podían aprender. Y agregó un elemento a la experiencia. Incluyó material de biotecnología, ADN, y genética en inglés en tres máquinas instaladas en una aldea de Kuppam. El resultado fue sorprendente. Midió al inicio y los chicos registraron 0% de conocimientos en el tema. A los dos meses ascendieron a 30%. Pero debían aumentar el rendimiento y pidió a un adulto que no sabía nada del tema que los ayudara con el “método de las abuelas”, que consiste en dar aliento. Y los chicos llegaron al 50%.

De ese modo nació otra idea destacada de Mitra, la nube de abuelos, “The Granny Cloud”, que incluye a adultos mayores, en muchos casos docentes retirados, que se conectan por Internet con chicos de distintas escuelas para apoyar a los alumnos. La propuesta educativa de Mitra se aplica en diversas instituciones educativas bajo el nombre de “Entornos de aprendizaje auto-organizados”, en los que se trata de crear el ambiente de hold in the Wall. Su iniciativa no replica el modelo 1 a 1, sino que aconseja que grupos de chicos trabajen alrededor de un mismo ordenador conectado a Internet. Se les presenta una “gran pregunta” y se los deja buscar libremente la respuesta. Se permiten los juegos y la conversación. Para esa pregunta el docente puede no tener respuesta y es necesario que el maestro sea sincero en ese sentido.

En cuanto al modelo, Mitra mencionó que apunta a desarrollar tres habilidades que son cruciales hoy: fluidez lectora, habilidad para buscar y encontrar información, y capacidad para decidir cuáles de esos datos son correctos.

Sobre sus proyectos actuales, el profesor detalló que desde el MIT (Massachusetts Institute of Technology), dirige un estudio para conocer si los chicos pueden alfabetizarse por sí mismos con Internet y aprender a leer. En ese contexto, lanzó otra pregunta inquietante. ¿Puede la ausencia de docentes ser una herramienta en sí misma? Y respondió: “No es que no necesitemos docentes, sino que los necesitamos para otro sistema”. En alusión a ello auguró que el sistema va a cambiar inexorablemente cuando Google entre en los exámenes, y que para ello faltan solo 5 años. “Es la primera vez que tenemos una prótesis para ampliar las habilidades de la mente”, dijo en alusión a la Red.

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