“El Gobierno la abandonó a Antonella”

Dijo Lorena Guardia, mamá de una nena que sufrió una mala praxis en el Hospital San Luis. Guardia cobraba un Plan de Inclusión Social a modo de pensión hasta que fue despedida el pasado viernes.

Ayer, La Gaceta dialogó con Lorena Guardia, la mamá de Antonella, una nena de 12 años que, cuanto tenía tan solo dos meses de vida, fue víctima de una mala praxis realizada en el Hospital de San Luis que le arruinó una de sus manos. Por aquel entonces, Lorena trabajaba en el Plan Inclusión Social, pero tuvo que abandonarlo para atender a su hija, quien pasó meses internada en el hospital Garrahan de Buenos Aires, y al resto de su familia. “Entonces, el señor gobernador, Alberto, me dio ese plan como beneficio para Antonella, como una pensión”, contó Guardia, quien fue despedida el pasado viernes. 

Según le informaron, la despidieron por sus inasistencias. Ella trató de explicar al funcionario que la atendió cómo era su situación y que había sido el mismo Alberto Rodríguez Saá quien le había autorizado a seguir percibiendo el Plan, pero no logró revertir la decisión. “Eso era de ella. Era la único que tenía mi hija”, dijo Lorena, quien además tiene otros tres hijos y hace tres años y medio quedó viuda.

“El Gobernador a mi hija le prometió de todo. Antonella iba a tener médico al 100%, todo tipo de ayuda que necesitara, pero el Gobierno la abandonó a Antonella. En el momento que pasó yo tuve todo tipo de ayuda del Gobierno porque ellos querían quedar bien. Yo le voy a refrescar la memora. Él estuvo con nosotros en la Casa de San Luis en Buenos Aires cuando Antonella estuvo en el Garrahan y el prometió que le iba a dar todos los beneficios que le sean necesarios”, contó desesperada Lorena.

Guardia le inició un juicio al Estado, pero al ver que no progresaba, firmó un acuerdo por una cierta cantidad de dinero que iba a emplear para comprar una casa propia, ya que debido al juicio, asegura, nunca se le permitió inscribirse en un plan de viviendas. El resto del dinero iba a ser utilizado para realizar una nueva cirugía que su hija necesita en su mano.

Sin embargo, el dinero de este acuerdo nunca se pagó y la situación de Lorena empeoró cuando murió su marido. Actualmente, vive en la casa de su abuela. “No se qué hacer. Estoy en medio de una crisis. Son todos unos desorganizados y una manga de inútiles”, concluyó Lorena, a la espera de que el Gobierno revierta su decisión.

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