Las cinco disfunciones más frecuentes en el hombre y sus principales causas. Cómo reacciona el varón al conocer sus dificultades para fecundar. Pese a lo que el común de la gente cree, el 50% de los casos de infertilidad en la pareja deben adjudicarse a alteraciones masculinas en el semen, aunque esto no significa que éste sea el único factor que impide la gestación.
En muchos casos existen prejuicios que a menudo llevan al hombre a negarse o demorar para efectuarse los estudios pertinentes a los fines de determinar los pasos a seguir, sometiendo a la mujer a numerosos análisis. Este, en ocasiones, es un proceso de meses o años durante el cual no se encuentran las causas de la infertilidad, cuando en realidad éstas deberían buscarse en los dos integrantes de la pareja desde el primer momento.
Es por ello que los especialistas en fertilidad debemos estudiar siempre a ambos integrantes de la pareja y no sólo a la mujer. Esto significa diagnosticar tanto al hombre como a la mujer.
Las cinco disfunciones más frecuentes en el hombre
Cuando hablamos de ¨factor masculino” en la esterilidad, nos referimos a la existencia concreta de algún problema en el semen, o en las vías espermáticas, como así también disfunciones sexuales. Estos problemas pueden dificultar la concepción.
En este marco, las afecciones más comunes son las siguientes, pudiendo coexistir:
1-Generación de cantidad reducida de espermatozoides (oligospermia).
2-Baja movilidad de los espermatozoides (astenospermia).
3-Menor porcentaje de espermatozoides con forma normal (teratospermia).
4-En alrededor del 8% de los casos se pueden detectar también anticuerpos espermáticos. Dicho en otras palabras, el hombre genera anticuerpos contra sus propios espermatozoides.
5-En casos poco frecuentes, puede haber incluso problemas genéticos que induzcan una menor movilidad, menor cantidad y baja concentración de espermatozoides normales, o casos extremos en que no se producen espermatozoides.
Las principales causas de disfunciones del espermatozoide
Los trastornos que pueden originar problemas seminales pueden ser:
Várices en los testículos (varicocele), que aumentan localmente la temperatura, y metabolitos tóxicos testiculares.
Factor infeccioso, debido al comienzo temprano de las relaciones sexuales y a que los jóvenes tienen varias parejas antes de la definitiva. Esto hace que sea frecuente la infección por gérmenes como la chlamydia, que afectan la función espermática.
Alteraciones en lugares específicos del cromosoma “Y”.
Orquitis urliana, cuando el hombre tiene paperas en su niñez y se le inflaman los testículos, produciéndose daños en ocasiones muy severos.
Existen tóxicos con daño directo testicular; como los agroquímicos, los cuales afectan sobre todo a hombres que viven o provienen de zonas rurales. Éstos son absorbidos por la piel o las vías respiratorias, o mediante la ingesta de alimentos contaminados. Las gametas, especialmente los óvulos y los espermatozoides, son muy susceptibles a los daños que generan estos compuestos.
Recientemente se ha demostrado que el uso del celular, especialmente transportándolo en la cintura, afecta las características seminales en una relación directa con el tiempo y años de uso.
Los llamados ¨radicales libres¨ (elementos bioquímicos oxidativos que se encuentran en el ambiente y que nuestro cuerpo recibe y procesa en forma permanente), en tanto, causan un daño de importancia en los espermatozoides, llamado ¨stress oxidativo¨, y suelen disminuir francamente su capacidad fecundante. En esos casos habitualmente damos como tratamiento antioxidantes,
que ayudan al hombre a contrarrestar esta situación”.
Todo esto demuestra que los hombres estamos expuestos a una gran cantidad de eventos que pueden afectar nuestra capacidad reproductiva. Es decir, hay innumerables fuentes de radiación y contaminación que no es factible medir fehacientemente, y que pueden causar daños”.
Cómo reacciona el hombre frente al diagnóstico adverso
La reacción del hombre al descubrir que es el causante de las dificultades que encuentra la pareja para concebir, suele ser en ocasiones negativa. Existe, por razones culturales, una tendencia a creer que la causa del problema viene siempre por el lado de la mujer, cuando esto no es así.
Asimismo, es normal que el hombre se niegue a realizar los estudios que les indicamos, porque hay un temor infundado que lo lleva a creer que la eventual detección de un problema en sus espermatozoides menoscaban su hombría. Es como que psicológicamente la capacidad reproductiva y la hombría fueran de la mano.
Esto lleva a que muchas veces la mujer esté durante meses sometiéndose a estudios sin encontrar respuestas al problema. El hombre, en cambio, sólo debe entregar una muestra de semen y, en los casos más severos, hacerse una biopsia testicular. O sea que si éste decidiera desde un primer momento someterse a los estudios se podrían reducir drásticamente los tiempos, simplificar el proceso y evitar a veces graves conflictos de pareja.
No es menor el dato de que las parejas con problemas para concebir, y sobre todo aquellas sometidas a largos y repetidos tratamientos, tienen una importante tasa de divorcios. La palabra ¨infertilidad¨ moviliza y supone una presión enorme a la pareja, que no es siempre fácil de sobrellevar”.
¿Tiene solución la esterilidad masculina?
Afortunadamente en la actualidad existen numerosos caminos para revertir estos trastornos. De hecho, personalmente prefiero hablar de ¨infertilidad¨ antes que ¨esterilidad¨, ya que éste último, si bien es correcto, es un término taxativo que supone la imposibilidad absoluta y definitiva de concebir. Sí, entiendo que existen casos muy diferentes uno del otro, los cuales pueden superarse desde distintos abordajes”.
Desde 1994 en nuestro país contamos con el ICSI (Inyección Intracitoplasmática de un Espermatozoide), procedimiento que se realiza cuando existe algún problema severo en el semen que puede estar impidiendo una fertilización normal, y que consiste básicamente en inyectar un espermatozoide dentro del óvulo y lograr así el embarazo. Esto permitió que los problemas seminales insolubles sean realmente muy pocos”.
De hecho, la buena noticia es que frente a todo este panorama, en la actualidad son muy pocas las parejas que se someten a tratamientos por esterilidad y no logran el embarazo (aunque hay caminos más largos que otros), salvo que la edad de la mujer sea muy avanzada y pretenda usar ovocitos propios”.
Sí es cierto que según el caso el camino puede ser más largo o más corto. Todo depende de la severidad de cada situación y del tratamiento a aplicar”.
La única situación por la que no hay posibilidades de utilizar espermatozoides propios es cuando existe una falta completa de éstos en los testículos, lo que se llama “azoospermia secretoria”. Sin embargo, en muchas azoospermias secretorias en realidad no hay falta completa de producción de espermatozoides, sino una producción tan pequeña que no alcanza para eyacular. En este caso, a veces se puede sacar mediante biopsia testicular una determinada cantidad de espermatozoides (varios miles), los cuales pueden alcanzar para lograr un embarazo mediante un ICSI”.
En el 50% de los casos con azoospermia secretoria (pacientes con falla en la producción de los espermatozoides), pueden no hallarse espermatozoides en la biopsia”.
Entonces, salvo que el problema sea tan severo que impida la función normal de los espermatozoides, o que no alcancemos a obtener
espermatozoides en la biopsia testicular, recién ahí hay que pensar en donación de semen; pero son pocos los casos en los que hay que llegar a esta instancia”.