En cuanto a los despidos, Quiroga explicó que se produjeron cuatro en la seccional Villa Mercedes – La Pampa. Si bien los cuatro despedidos son pampeanos, el personal que se desempeña en San Luis trabaja mano a mano con el de la provincia vecina y se ha visto muy afectado por la medida. “Son compañeros que desarrollan la parte administrativa, en este caso han pegado mucho en la parte administrativa”, dijo Quiroga, quien señaló que los trabajadores despedidos tenían 13, 9, 8 y 4 años de antigüedad.
A raíz de estos despidos, que 213 a nivel nacional, las protestas de los empleados del Senasa ya llevan dos semanas, incluyendo el día de hoy. Según informó Quiroga, que se encuentra en Buenos Aires participando de la toma pacífica de las oficinas centrales del organismo, el próximo lunes se realizarán asambleas en todo el país para decidir cómo sigue la protesta.
Alrededor de 50 personas trabajan en el Senasa en la provincia de San Luis, repartidos en áreas como inocuidad, protección vegetal y sanidad animal. “El trabajador tiene que inventar alguna tarea para que no te consideren que vos sos personal ocioso”, remarcó Quiroga.
Al igual que está ocurriendo en la Subsecretaría de Agricultura Familiar, el Senasa ha sido notificado de que el Gobierno Nacional ya no quiere pagar más alquileres de oficinas, por lo que el personal deberá reubicarse en algún lugar que les presten. “Quieren que le vayamos a pedir limosna o asilo a la Sociedad Rural, a los centros ganaderos o a la Municipalidad”, subrayó el gremialista.
Quiroga también contó que al presupuesto para este año se le realizaron tres revisiones. “En cada partida te reducían el 10, el 15 o el 20%. Ya no hay plata para funcionar. El Senasa, si no fuera por las ganas que los ayudantes y los profesionales, no estaría funcionando”, sostuvo el delegado de ATE.
Otro punto que Quiroga explicó es que, en San Luis, el único frigorífico que tiene personal fijo del Senasa es, valga la redundancia, el único que trabaja para el mercado internacional. El resto de los frigoríficos tienen su propio veterinario y, periódicamente, son inspeccionados por el organismo nacional.
“A partir de ahora, lo único que se va a controlar es lo que se exporta. Esto quiere decir que lo que es mercado interno y consumo interno no se controla más. No hay más controles para lo que consumimos los argentinos. Se va a autocontrolar el privado, que es como poner un lobo a cuidar las ovejas. No van a tirar nada de lo que esté en mal estado. Lo irán a mandar congelado, manufactura y no van a desperdiciar nada”, comentó Quiroga.
“Nosotros lo llamamos el ‘doble status sanitario que quiere implementar el Gobierno de la Nación’. Para los de afuera todo el control, para los de adentro nada. Es gravísimo y más aún con todo lo que hay ahora con el tema de la salmonera, escherichia coli, el síndrome urético-hemolítico. Podría volver la aftosa, la triquinosis, la tuberculosis y un montón de enfermedades de los animales que puede contagiarse el humano”, concluyó el inspector del Senasa.