El hecho fue en 2010 y la víctima una nena de 7 años. Además, una crónica de la noche de incendios y saqueos que se vivió en el barrio luego del hecho.
Este lunes comenzó el juicio contra Emiliano Damián Arce Barrientos y Matías Emanuel Arce, los jóvenes que protagonizaron una picada de autos en el barrio Eva Perón que dejó como saldo a una nena de 7 años muerta. Ambos están acusados de homicidio simple con dolo eventual.
El hecho ocurrió en 2010 y siempre se sindicó a Matías Arce como la persona que embistió a María Soledad Castro. Por aquel entonces, Arce era menor de edad, por lo que casi no cumplió nada de prisión preventiva. Por su parte, su hermano Emiliano estuvo en preventiva hasta agosto de 2011.
El Tribunal que lleva adelante el proceso está conformado por Silvia Inés Aizpeolea como presidenta del mismo, con José Luis Flores y Jorge Sabaini Zapata como vocales. Como Fiscal de Cámara actúa Carolina Monteriso y como secretaria Isabel del Carmen Olguin Yurchag.
En tanto, el abogado de la familia de la víctima es Rodolfo Mercau, mientras que la defensa de los imputados está integrada por Hugo Scarso y Esteban Sala.
La causa cuenta con 52 testigos y se espera para el viernes la lectura de los alegatos y el veredicto. La pena que se pidió por el delito es de 8 años de prisión.
Cabe recordar además la caótica noche que se vivió en el Eva Perón luego del accidente, cuando la familia Arce Barrientos salió a presionar y a amenazar a vecinos de la zona para que no hablaran del accidente. Esto desencadenó una noche de incendios y saqueos en el barrio Eva Perón, el cual claramente había sido declarado zona liberada.
Esta es la crónica de La Gaceta sobre aquella noche:
Caos, violencia e incendios en el Eva Perón
Ayer a la noche, el barrio Eva Perón se convirtió en zona liberada cuando una indignada muchedumbre saqueó, apedreó e incendió las casas de los sospechosos de atropellar a María Soledad Castro. La Policía no hizo nada.
Lo que ayer a la tarde empezó con una acalorada manifestación frente a la Comisaría VII terminó con el barrio Eva Perón convertido en una caótica y violenta zona liberada en la que se incendiaron y saquearon cuatro casas de los Arce-Barrientos, familia a la que pertenecería el culpable de matar a la niña María Soledad Castro.
El puntapié inicial del terrible caos que anoche cubrió el barrio lo dio, pasadas las 20.30hs, un grupo de unas 200 personas que, minutos antes, se estuvo manifestando en la Comisaría VII. Allí, pidieron justicia por Soledad y protección contra los Arce-Barrientos, quienes habrían amenazado a varios vecinos de la zona para que no hablaran del accidente.
Totalmente disconformes con las respuestas que recibieron por parte de los uniformados, este grupo de gente se dirigió a una de las propiedades de los Arce-Barrientos para demostrarles que no les tienen miedo. Después de unos cuantos piedrazos contra la casa, una molotov cayó sobre un auto que estaba estacionado bajo una galería de techo de madera. Desde allí, el fuego se propagó al resto de la casa y se desató el caos.
A medida que la casa de dos pisos y el auto ardían, cientos de personas se acercaron a ver y participar del terrible espectáculo. Cada vez que las llamas se elevaban un poco más, cada vez que algo se derrumbaba o alguien arrojaba un piedrazo contra la casa, se escuchaba una impresionante ovación.
Por su parte, mientras todo esto ocurría, la Policía y los bomberos simplemente se limitaron a cortar el tránsito a dos cuadras de la casa en llamas. No hicieron absolutamente nada para impedir los disturbios, por lo que rápidamente quedó más que claro que el Eva Perón era zona liberada. Esto, junto a la activa participación de niños en
los desmanes, que arrojaban piedras contra la vivienda o trepaban a los techos de de las casas vecinas para entrar a robar en la que estaba ardiendo, fue lo más lamentable de la noche.
Y cuando parecía que todo estaba llegando a su fin, la muchedumbre, ya compuesta por unas 1.500 personas, se empezó a movilizar hacía otras viviendas que también serían propiedad de los Arce-Barrientos o de sus allegados. En cada una de ellas, ya completamente deshabitadas cuando la turba llegaba, el violento proceso se volvió a repetir una y otra vez. Derribaron las puertas de las casas, saquearon los electrodomésticos, apilaron colchones y muebles en los frentes y las prendieron fuego.
A su vez, los trayectos entre casa y casa estuvieron condimentados con sendas corridas por las oscuras y destrozadas calles del barrio, grupos de vecinos que se agarraban a las trompadas y el limitadísimo accionar de la Policía y los bomberos, quienes sólo se limitaban a extinguir los incendios cuando la muchedumbre se aprestaba para producir uno nuevo en algún otro lugar del barrio.
Una vez todo terminó, cerca de las 2.30 de la madrugada, el total de casas incendiadas y saqueadas llegaba a siete, a las que habría que sumarle otras dos que solo fueron apedreadas. Al momento de escribir estas líneas se desconoce si todas las viviendas destruidas pertenecen a los Arce-Barrientos o no.
¿Por qué la Policía no hizo nada?
“La gente está un poco descontrolada pidiendo la justicia que corresponde. Hay que esperar que la Justicia actúe, hay que esperar que la Policía también actúe. Por eso mismo, estamos tratando de evitar que haya males mayores”, fueron las increíbles declaraciones del subjefe de Policía, Oscar Calderón, en medio del caos que se vivió anoche. Mientras el uniformado dialogaba con la prensa, los vecinos de la zona estaban incendiando la tercera casa de la noche y los bomberos recién extinguiendo las llamas de la primera.
“Cuando ya han permitido los vecinos trabajar, estamos haciéndolo, tratando de que las estructuras no cedan, tratando de que no vaya a haber más daño para los vecinos. El obstáculo lo ponían los vecinos, esta gente que está reunida acá, donde hay menores, mujeres y todo. No podemos ir contra ellos tampoco. Nosotros no podemos ir por una estructura que pueda sufrir daños contra la integridad física de ninguna persona que se esté manifestando en ese orden”, respondió Calderón cuando se le preguntó por qué la Policía no puso orden en toda la noche.
Y a pesar de que básicamente reconoció la total inoperancia de la Policía y su incapacidad para controlar a la muchedumbre, el subjefe trató, como era de esperarse, de minimizar el problema, asegurando que no se había producido ningún saqueo. “No hay ningún tipo de saqueo. Es nada más que la indignación de la barriada con las casas de la familia esta”, concluyó Calderón, quien claramente no estaba muy al tanto de lo que estaba pasando a escasas cuadras de donde se condujo la entrevista.