Además de cobrarle $12 por una empanada, no le quisieron dar factura.
Esta nota incluye la totalidad de una carta enviada a la Redacción de La Gaceta por Gustavo Daniel Miranda, un turista santiagueño víctima de los sobreprecios que están poniendo a la Villa de Merlo, cada vez más, al mismo nivel que algunos de los más caros destinos turísticos del país.
“Hemos tenido la oportunidad de visitar días pasados, mas concretamente el fin de semana del 26 al 29 de Agosto, la BONITA Ciudad de Merlo; en verdad un lugar ideal para unos días de descanso de la cual regresamos a nuestra provincia altamente sorprendidos por la hermosura de su paisaje, la pulcritud de su limpieza, la asombrosa (hasta desconcertante) tranquilidad y seguridad, la envidiable imagen de la ausencia de la mendicidad en todas sus expresiones; pero con el sabor amargo de haber sido víctimas del engaño y la estafa en su mas burda expresión. Antes de detallar la cuestión, quiero manifestarles que mi esposa y un matrimonio amigo componemos este grupo de viajeros intrépidos que desafiando cualquier lógica tuvimos la desdicha de ingresar a un local gastronómico denominado ENTRE NEGROS, de propiedad de un tal Osvaldo Gutiérrez, ubicado en la Avda. del Sol de dicha ciudad.
Allí nos encontramos con un coterráneo llamado Daniel (a la postre cómplice solidario o no) quien oficiaba de mozo y según sus propias expresiones ante la solicitud de la “carta” nos manifestó, ¡¡¡están hablando con ella!!! Ese fue el comienzo de una noche “larga e inolvidable” en nuestra visita a Merlo; Daniel “el mozo santiagueño” nos comenzó a detallar una a una las distintas exquisiteces que “nos proponía” para poder degustar sin nunca sugerir los precios, mas allá de nuestra insistencia por ello, hasta nos insinuó de entrada “una empanadita de cabrito” a lo cual accedimos gustosos por lo inhabitual de esa variedad por nuestras tierras.
Acto seguido elegimos el vino, a la postre lo único que sabíamos su valor, una gaseosa y nos propusimos aguardar el menú elegido sin siquiera ser merecedores de un entremés habitual en cualquier restaurante como para ir matizando la espera. Al cabo de unos 25 minutos llegó lo solicitado, primera sorpresa fue la cantidad, verdaderamente exigua y mucho más para cuatro comensales a lo que agregamos dos porciones de fritas y dos de verduras grilladas. Nuestra sorpresa mayor no había llegado, faltaba lo mejor y esto vino cuando llegó la cuenta. $457 nos separaban de la realidad a la ficción, o mejor dicho de la cordura a la locura. Lo mas asombroso es que nos entregaban como ticket la misma boletita donde había levantado el pedido nuestro comprovinciano y solo le agregaron los valores y la adición. Requerimos el correspondiente ticket y nos manifestaron que tenían roto el controlador fiscal, por lo que era imposible emitir la factura correspondiente. Pretendimos entablar, vanamente, una discusión sobre los precios pero ante el hecho consumado era como pretender apagar un incendio con un sifón de soda, no había marcha atrás, el DELITO ya estaba cometido. ¡¡¡$12 UNA EMPANADA!!! Una verdadera ABERRACION, ¡¡¡$22 una mini-brochette de verduras!!! o ¡¡¡$20 una minúscula fuente de papas fritas!!! Es cuanto menos un ROBO. Ni que hablar de los cortes de las carnes, $70 una porción de cabrito que contenía como mucho 100grs. de carne entre muchas costillitas, es un ASALTO.
Para sintetizar, digo, ¿no sería mucho mas saludable que al descomunal esfuerzo que el Gobierno Provincial hace para fomentar el Turismo en la Provincia, se le agregue, cuanto menos, un control mas personalizado sobre el comportamiento de estos delincuentes amparados tras un mostrador? Quienes vemos el Turismo interno como una oportunidad laboral para muchos compatriotas estamos desamparados a la buena de Dios o lo que es peor a la
merced de estos sinvergüenzas que pretenden con sus precios tabular un turismo más o menos elitista.
San Luís se está caracterizando en estos últimos años en ponerle el acento a esta “industria” y potenciar al máximo sus hermosos paisajes, pero dejaron al descubierto un aspecto fundamental que es, todo aquello que circunda esta actividad, por caso detallo alojamiento y gastronomía. La existencia de controles por parte de los organismos correspondientes y la adecuación de los precios a las medias nacionales, harán de Merlo, Potrero de Funes, La Punta o del mismo San Luís un atractivo mas que prioritario cuando de programar vacaciones familiares se trate.
Por caso, quiero aprovechar para comentar la mala noche que pasó una familia compuesta de un matrimonio y dos niñas, oriundos de la San Clemente del Tuyú, que esa mismo día fueron a comer al citado restaurante, pidieron de cena dos milanesas con fritas y una parrillada para dos personas, 2 gaseosas y una cerveza, sin postres, y abonaron la friolera de $390. ¿¿¿Uds. creen que esto es normal??? Alguien tiene que hacer algo contra esta “empresa” que encima de ROBARLE AL TURISTA, le ROBA AL ESTADO pues no factura como corresponde evadiendo su responsabilidad con el fisco, ¿sirve para algo una “empresa” así?, ¿le sirve a San Luis?, ¿le sirve al país?. Esta claro que mi intención va mucho mas allá de una mera denuncia y/o queja, ¡¡¡Quiero que hagan algo!!!, por suerte dejamos amigos a quienes les pedimos y le dimos nuestros teléfonos, con quienes nos comunicamos y nos comunicaremos para saber que suerte corrió este DELINCUENTE que está al frente de esta “empresa”, que se propuso con toda su argucia ir en contra del denodado esfuerzo del Gobierno y pueblo de San Luís de ubicar a la provincia dentro de la ruta turística argentina. ¡¡¡LAMENTABLE!!!.
Espero que este denuncia/queja, le sirva de algo para otros viajantes que eligen esa hermosa provincia para pasar unos días de descanso y que no terminen siendo un dolor de cabeza. A la espera de poder enterarme que se hace algo en contra de estos inescrupulosos, aprovecho la oportunidad para saludarlo/a con atenta consideración y respeto”.
Gustavo Daniel Miranda
DNI: 14166527
Lavalle 53, La Banda, Santiago del Estero