Beneficiarios del Plan Solidario confeccionan ropa para familias vulnerables

El taller de costura del Gobierno provincial está emplazado en uno de los edificios que actualmente Desarrollo Social utiliza en la ex Colonia Hogar. Allí, alrededor de 40 mujeres asisten de lunes a viernes para cumplir con sus tareas, que consisten en la confección de ropa de cama, de vestir y chalecos que servirán para identificar a los compañeros que mañana y tarde desafían al frío de este invierno en los trabajos de desmalezado, embellecimiento y puesta en valor de parques y ríos de toda la provincia.

Este lunes, el ministro de Desarrollo Social, SergioTamayo, visitó el taller y hasta se probó uno de los chalecos. En el caso de las prendas que se confeccionan especialmente para ser entregadas a personas necesitadas, Tamayo explicó que los beneficiarios reciben los retazos y a partir de eso hacen la ropa de abrigo para recién nacidos, niños y niñas. “Si reciben ropa de una persona grande, se fracciona y se hacen dos o tres prendas para bebés o niños”, señaló el ministro.

“Es muy bonito el trabajo que se hace, porque lo hacen con el corazón y para niños que realmente lo necesitan”, dijo durante el encuentro. Además, indicó que el fin de estas actividades es “llegar a las familias más vulnerables”. “Hacemos mucha cantidad, la producción es rápida y muy linda”, agregó Tamayo.

Al mismo tiempo, se mostró orgulloso porque todo el trabajo se hace de manera íntegra en el taller. En el caso de los chalecos, la impresión de los mismos se hace en un espacio acondicionado para tal fin. Las dos máquinas utilizadas para imprimir fueron construidas por un beneficiario del plan Solidario. “Las hizo desde cero, sólo se compró la madera y el trabajo es excelente. Por eso estoy orgulloso de este grupo”, manifestó.

Los beneficiarios trabajan de lunes a viernes de 8:00 a 12:00 y la primera meta que se propusieron es la de confeccionar 50 chalecos por día hasta alcanzar un total de 35 mil. “Estamos muy contentos por haber aprendido este oficio. A nuestra edad es muy difícil conseguir trabajo y ahora lo tenemos. Además, nos sentimos incluidas, valoradas y útiles por hacer ropa para gente que lo necesita”, dijo una de las mujeres que cumple tareas en el taller.

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