“Han sido muchos los obstáculos desde que me integré al Frente Progresista. Probaron impugnaciones, no me dejaron ser candidato, tuve que recurrir al juez Electoral, después Tribunal Electoral. Después de las elecciones generales, saben que distintos dirigentes me mandaron al octavo lugar, no me reconocían el tercer lugar con la excusa del cupo femenino. Ahora se publica en los medios que me van a impugnar los títulos para reclamar el cupo femenino. Todas esas cosas es natural que uno sea precavido. El que se quema con leche, ve una vaca y llora”, expresó Laborda.
Cuando se votó la licencia, Laborda se abstuvo de hacerlo, Menéndez votó en contra y el resto de los ediles lo hizo positivamente.
“El miedo a no poder asumir y que la mayoría en la Cámara de Diputados pueda rechazar ese diploma porque con los antecedentes que hay, uno puede estar sumamente alarmado con eso. Es inconcebible que una persona que ha sido votada, que la justicia ha respaldado su derecho, tenga miedo que no va a asumir en la Cámara de Diputados. Realmente es incalificable esa situación”, señaló el concejal poncista Néstor Menéndez.
Además de la impugnación que sufrió Laborda en 2.001 cuando fue reelecto como diputado provincial, hubo otros casos de impugnaciones. En 2.009, los diputados electos por el Acuerdo Cívico y Social en los departamentos Dupuy y Belgrano, Gerardo Díaz, Jorge Ariel Figueroa, Eduardo Ariel Ojeda y Carlos Jofré respectivamente, ganaron la elección legislativa de ese año. Los dirigentes mencionados formaron parte del oficialismo tiempo atrás, pero como participaron de las elecciones a través del Acuerdo Cívico y Social, el Justicialismo pidió la impugnación de los legisladores, y no pudieron asumir sus bancas a pesar del planteo judicial realizado.