Es por la muerte de un joven con síndrome de Down, hijo de una afiliada de PAMI.
Ayer, en conferencia de prensa, José Pérez, secretario general de ATE, anunció que el gremio elevará una denuncia a nivel nacional en contra del sanatorio Ramos Mejía por una presunta mala praxis que habría conducido a la muerte de un joven de 28 años, con síndrome de Down, hijo de una jubilada afiliada a PAMI.
“Acá hay una responsabilidad de la provincia, que autoriza el tema de salud privada. Vamos a hablar con el Gobierno provincial para que haga auditorias en ese sanatorio y en todos los lugares porque están habilitando cosas donde se nos mueren nuestros jubilados”, dijo Pérez. “Con la plata que pagamos, es un hecho que tendríamos que tener un sanatorio solamente para los jubilados”, agregó.
El gremialista luego le cedió a la palabra a Teresa Jaime, quien contó las circunstancias que rodearon el fallecimiento de su hijo. Según narró, todo comenzó el pasado 3 de abril, cuando su hijo empezó a transpirar profusamente y quejarse por un dolor de panza.
“Le noté que tenía una cosa redonda, dura”, dijo Teresa, quien llevó a su hijo al sanatorio Ramos Mejía. Allí, tras más de dos horas de espera, su hijo fue atendido, inicialmente por una doctora de apellido Novatti.
Teresa le dijo que creía que lo de su hijo podría ser el apéndice, en base a las experiencias que vivió con sus otros hijos que sufrieron de lo mismo. “Sabía que con estos chicos, que son discapacitados, de los 20 en adelante van para abajo”, fue la respuesta de la doctora, de acuerdo a Teresa.
El joven pasó la noche en el sanatorio y, a la mañana siguiente, fue nuevamente revisado por Novatti, quien le dijo a la señora que ya se podía llevar a su hijo “porque ya tenía la panza blanda”. Teresa le rogó que revisara bien a su hijo, quien se seguía quejando de un dolor en su zona abdominal, logrando que le permitieran quedarse en el sanatorio.
Ya una vez internado, al joven se le hizo una ecografía y una radiografía, pero nunca se le dio a Teresa el diagnóstico de apendicitis que ella esperaba. De acuerdo a Teresa, el apéndice de su hijo explotó luego de llevar casi en mes internado, produciéndole al joven una peritonitis fatal.
Según le dijeron los médicos, el chico murió a causa de un “derrame pleural”, pero Teresa insiste que se trató de un “derrame de la panza porque se reventó el apéndice”. “Ahora no tengo para que vivir ya”, dijo Teresa, quien no podía contener las lágrimas.
La denuncia de la mujer fue planteada ante el abogada del PAMI y ATE promete elevarla a nivel nacional, planteándosela inclusive, junto a otros reclamos del gremio, al papa Francisco, en una visita que el sector planea realizar próximamente.