[dropcap style=”circle”]L[/dropcap]a vagancia de la mayoría de los legisladores sanluiseños no conoce límites. No solo la Legislatura de San Luis es una de las pocas en todo el país que todavía mantiene los 4 meses de vacaciones, sino que cada tanto se ponen de acuerdo y se toman vacaciones de invierno, por más que las mismas no están incluidas en el reglamento interno. Lo peor de todo es que no deben temer ningún tipo de sanción por tomarse estas “vacaciones”, ya que luego son ellos mismos quienes deciden si aplicarse alguna sanción monetaria por la ausencia o no.
Para colmo, esta semanita de vacaciones no es la primera que se toman en este año de pobrísima actividad legislativa, ya que, luego del feriado largo por el 25 de mayo, los legisladores se tomaron, con total impunidad, el miércoles 26 de mayo.
Cabe recordar que, históricamente, los legisladores de San Luis se han tomado dos semanas de vacaciones de invierno por más que las mismas no figuran en ningún punto del reglamento interno de la Cámara. Generalmente, algunos diputados de la oposición asisten a estas sesiones, pero no llegan a juntar el quórum necesario para sesionar ante la masiva ausencia del oficialismo. En otras ocasiones, todos los bloques se ponen de acuerdo para el faltazo.
Tras años de esta pésima costumbre, la racha se cortó en 2016, cuando nuestros legisladores solo se tomaron una semana en vez de dos. Lo verdaderamente inimaginable ocurrió en 2017, cuando no se tomaron ninguna, dejando helados a todos los que siguen las noticias del ámbito legislativo puntano.
Sin embargo, en 2018 y 2019 nuestros legisladores volvieron a esta pésima costumbre y se tomaron unas totalmente inmerecidas vacaciones de invierno. Esto no ocurrió en 2020 ya que por la pandemia las sesiones comenzaron recién en el mes de mayo, por lo que tomarse vacaciones antirreglamentarias hubiese sido un papelón aún más grande del habitual.
