UNSL: la decana de Ciencias Humanas en contra del proyecto de nuevas facultades

Reitero mi rechazo a la propuesta presentada por el rector, por el autoritarismo puesto de manifiesto cuando la misma no fue sometida a debate y tampoco comunicada a los Consejos Directivos, ni a los decanos y directores de Departamentos.

No comparto el modelo de Universidad en el que se sustenta el mal llamado “proyecto”, porque evidencia  una concepción mercantilista sobre la Educación Superior impropia en quienes dicen defender la Universidad Pública, cuyos principios son vulnerados.

Un  proyecto  expresa  un conjunto de actividades y acciones ordenadas  y articuladas combinando  diferentes  recursos   y orientadas  al  logro de un  objetivo  o resultado previamente fijado, que se realizan en un tiempo y espacio determinados y justificadas por  la existencia  de una   situación-problema que se quiere modificar (Ezequiel  Ander Egg).

Estos aspectos substanciales no se evidencian en la presentación del Rector.

La propuesta carece de un análisis previo y proyecciones a futuro. No se explicitan los recursos económicos, financieros y de infraestructura.

El cumplimento de estos aspectos daría cuenta de la oportunidad, o no, para crear las facultades  propuestas.   La  observación   de  estos  aspectos  permitiría evaluar  la factibilidad,  o  no,  de   la  creación de las facultades  propuestas,   su   ausencia,   por el contrario impide esta  evaluación   y  deja  a  todos  los  miembros  de  la institución en  la incerteza,   dada  la falta de  previsibilidad  acerca de la realidad del  proyecto  lo que resulta a todas luces una acción irresponsable.

La  propuesta  de creación de  la  Facultad  de Psicología adolece de  las mismas carencias de las que adolece la presentación del rector para ser considerado proyecto, si bien a posteriori se agregaron datos  que mejoran esta última presentación, y que tuvo como referencia la Ordenanza 8/2011 de la UNC, se advierte que algunos requisitos importantes no se tuvieron en cuenta, entre los más  obvios: la   evaluación de la infraestructura y equipamiento y del análisis de factibilidad presupuestaria  (inc. F y k del art.4).

No apoyo esta propuesta de creación de la Facultad de Psicología por la ausencia de debate previo a su presentación. La ausencia de este debate disminuye los argumentos académicos.  Sus   autores  resaltan las   ventajas  de  “aprovechar”  la  “oportunidad política”, transmitiendo la idea de “ahora o nunca” y la crítica a la gestión de gobierno de la Facultad de Ciencias Humanas en contraposición a las idealizadas posibilidades que supone se originarían si se concreta la propuesta. La falta de análisis y previsiones a futuro se reemplazan por ilusorios beneficios tales como la resolución de los actuales problemas de espacio, equipamiento, concursos, cargos, crecimiento disciplinar, etc. El debate  democrático     es   reemplazado por  un   intercambio    de   mails,  de   contenidos agresivos, descalificatorios, y plenos de conceptos tergiversados, creando un clima de pelea, de enojo, de “bandos”, convirtiendo a los que piensan diferente en enemigos de la propuesta, y que inclusive me permitirían analizar la posibilidad de iniciar acciones legales.

La propuesta del Rector contiene un punto sobre el que existe absoluto consenso: la división de la FICES en dos facultades,  originada  en  históricos  debates,  surgidos desde las bases, que dieron lugar al consenso.  No se ha escuchado una sola voz que cuestione la creación de estas dos facultades. Este consenso puede afectarse   por la decisión de tratar el proyecto presentado en su totalidad, impidiendo su tratamiento por partes,   por   lo   que   adhiero  al   comunicado   solicitando   esta   modalidad de tratamiento enviado por el  CD de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia.

La creación de Facultades es un problema de la Universidad, como el de la creación de la Facultad de Psicología lo es de la Facultad de Ciencias 
Humanas. Se ha intentado negar que la modificación del  número  de facultades  modifica la estructura   de   la universidad, expreso una vez más mi postura diferente, al aumentarse las facultades se modifica la estructura. La creación de la Facultad de Psicología  afectará la estructura de la Facultad de Ciencias Humanas, por lo que es indispensable analizar en conjunto (los   tres departamentos) la  factibilidad  y  efectos    de  esta  propuesta   en  la  actual Facultad, posibilitar un   debate   plural  y  respetuoso,   sin apresuramientos   ni   presiones, sin   agravios  y  descalificaciones  personales,   con  el máximo   de   participación, en   un ambiente  propicio  para   la  reflexión   conjunta,  garantizado  por un funcionamiento democrático.

La UNSL carece de normativas que regulen la presentación de propuestas de creación de nuevas  Facultades (como   tienen  la  UNC  y  la  UNLP,  y  probablemente muchas otras). Se fundamentan en la importancia que reviste la creación de Facultades para la vida de   la  Universidad,  por   lo que   es  necesario un  marco, requisitos  académicos,  formales,  presupuestarios,  de infraestructura   y administrativos,  asegurar  su   buen   funcionamiento      futuro,  desarrollo   y  su  progreso (UNLP).   No   se  considera   adecuado   el   desmembramiento   de   la   Universidad   en   un número  excesivo de   Facultades,    toda    solicitud  de nueva  creación    deberá    ser ampliamente justificada,  y  la   creación   debe darse  en   el  marco de  una profunda discusión interna y en un ámbito plural y democrático, con la opinión mayoritariamente favorable de los claustros que le den origen (UNC).

Considero oportuno y pertinente transcribir pensamientos de Paulo Freire: La tolerancia es un deber de todos en nuestra relación con los demás, deber de respetar el derecho de todos de ser  diferentes… la tolerancia no  me obliga a concordar con el otro si yo discrepo  con   él   por   las   razones   que   sean…  Me  obliga a respetar  el  pensamiento contrario al mío y al sujeto que lo piensa… el tolerante será tanto más autentico cuanto mejor defienda su posición, si está convencido de su justeza….

El  tolerante sabe  que la  discrepancia   que   se   apoya   en   el   respeto  por  aquel   y  por aquella con quienes discrepa no sólo es un derecho de todos sino también  una forma de crecer   y  desarrollar  la  producción del  saber… discrepar plantea  una profunda exigencia  ética  a  quien   discrepa y  critica:  el  deber  de,  al hacerlo, no   mentir..,   la tolerancia es   una  virtud  y  no  un   defecto.  Sin   ella  no  hay    democracia…”(Cartas a Cristina. Reflexiones sobre mi vida y mi trabajo. Paulo Freire. Siglo veintiuno editores).

En este momento lo que reivindico es tolerancia y reflexión para poder interrogarnos si queremos ser   parte  de  una   universidad  grande o ser protagonistas de una gran universidad.

 

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