[dropcap style=”square”]E[/dropcap]ntre todos los importantes temas que se debatieron el pasado miércoles en la Cámara de Diputados se encontraba la ley de paridad de género en listas electorales, otra iniciativa del interbloque Avanzar y Cambiemos por San Luis, el cual se está haciendo una fiesta con la grieta entre el albertismo y el adolfismo, ya que este grupo está apoyando un gran número de sus iniciativas.
Los fundamentos de esta ley se encuentran principalmente en que a nivel nacional la paridad de género en listas electorales es ley desde fines de 2017; y en el hecho de que la Justicia Electoral sanluiseña, cada vez que hubo disputas por un lugar en una lista, siempre falló a favor del hombre, como fueron los casos de Raúl Laborda Ibarra y Roberto González Espíndola.
Otro punto a destacar de la historia de San Luis es que este proyecto ya tuvo antes una media sanción, pero fue planchado en el Senado, a pesar de que allí la mayoría de los legisladores son mujeres, y perdió estado legislativo.
En cuanto a la iniciativa, al igual que otras similares que se han presentado y/o aprobado en otros ámbitos, este proyecto establece que las listas deberán intercalar un hombre y una mujer, o viceversa, en su armado, incluyendo a los suplentes. De hecho, para que no haya lugar a dudas, el proyecto establece que una mujer solo puede ser reemplazada por otra mujer, y lo mismo con los hombres.
Extrañamente, la bancada albertista no estaba de acuerdo con este proyecto y sus legisladores pidieron abstenerse de la votación. En cuanto a los motivos detrás de esta decisión, el diputado Luis Martínez sostuvo que, siempre que se han discutido iniciativas electorales como esta, “ha estado presente el poder político”.
“En su oportunidad pediremos la abstención de votar, pero no por el fondo de la cuestión, no estamos en contra de la mujer ni mucho menos, defendemos el empoderamiento que este Gobierno provincial ha peleado siempre por la mujer. Simplemente decimos que nuevamente esto es una pulseada política de otro tipo y nosotros coincidimos que en este diálogo debiera estar presente el Ministerio de Gobierno y el poder político”, dijo Martínez.
Por su parte, María Eva Morel, también albertista, criticó aspectos como que el proyecto “pone un techo” a la participación femenina y la intercalación de los sexos.
Sin embargo, cuando el pedido de abstención fue sometido a consideración del cuerpo, adolfismo y AyC unieron sus fuerzas una vez más y le prohibieron a los albertistas abstenerse. Así fue como, minutos después, el proyecto fue aprobado por unanimidad, ya que, obligados a votar, los albertistas decidieron acompañar la iniciativa.
Ahora el proyecto volverá a Senado, donde toda la expectativa estará puesta en si los legisladores albertistas volverán a cajonearlo o si lo aprobarán a tiempo para que pueda ser aplicado en las elecciones del año que viene.