La jueza Bustos explicó cuáles son los ciberdelitos más cómunes que afectan a menores de edad

Además habló sobre el caso de una adolescente de 14 años que jugaba a la “Ballena Azul”.

Ayer por la mañana, la presidenta del Superior Tribunal, Lilia Novillo, y la jueza Estela Bustos hablaron sobre los ciberdelitos más comunes que afectan a los menores de edad hoy en día y del caso de Ballena Azul que fue detectado en la provincia. 

Este caso se detectó cuando una adolescente de 14 años le manifestó a sus compañeros y un docente que estaba jugando a la Ballena Azul, un “juego” que consiste en 50 pasos que un “curador” les va dando a los participantes, generalmente adolescentes, hasta llevarlos al suicidio. El caso llegó a la jueza Estela Bustos, quien además es una de las autoras del protocolo que se ha establecido entre los poderes Ejecutivo y Judicial para que las escuelas tengan un canal para dar a conocer, justamente, este tipo de temas.

“Tenemos que estar atentos y buscar la forma hacerle frente para proteger a las posibles víctimas de este ataque de la tecnología. Tenemos que citar a los otros dos poderes para que busquemos una manera de actuar. No queremos tener niños muertos”, dijo la presidenta del Superior Tribunal, Lilia Novillo, quien realizó una invitación a funcionarios de los poderes Ejecutivo y Legislativo para realizar un protocolo específico para estas amenazas que se propagan por Internet.

El objetivo es que el protocolo también abarque cuestiones como el “grooming”, término que en inglés significa “acicalar” y que aplica a la seducción y acoso sexual de niños y adolescentes a través de las redes sociales; y el “sexting”, mezcla de “sex” y “texting”, que consiste en el envío, también por parte de adolescentes, de imágenes o videos sexuales por plataformas como WhatsApp, ya sean personales o de otros jóvenes de su círculo social.

Al respecto, la jueza Bustos que el hecho más común es el “sexting”. “Es muy común que entre los adolescentes se manden mensajes con contenido sexual, fotos con contenido sexual, que le saquen a una compañera o compañero una foto y la viralicen a través del Face o del WhatsApp. La Ballena Azul es un mote más, pero los adolescentes están involucrados en la tecnología no solo como víctimas, sino que también puede asumir una actitud reprochable desde el delito”, remarcó la magistrada, señalando que todos estos delitos ya están tipificados y que “hay leyes que los están reglamentando”.

“El adolescente tiene que saber que tiene una consecuencia subir una foto y viralizarla sin el consentimiento del otro. Está vulnerando la intimidad de un compañero o compañera. Y la Ballena Azul es un ejemplo más de la vulnerabilidad que tienen, con la diferencia de que el chico, por determinadas cuestiones psicológicas y se somete solo a un juego que lo puede llevar al suicidio”, continuó la jueza.

Volviendo al caso de la Ballena Azul, Bustos contó que, luego de que la adolescente dijera que jugaba y mostrara cortes en sus brazos, se llamó a la madre, quien no fue a la escuela, por lo que la terminó citando la jueza a su despacho. “La madre nos dice que sí, que efectivamente su hija tenía cortes, pero no podía decir si participaba o no porque ni siquiera conocía lo que era la Ballena Azul”, relató la magistrada, quien luego agregó que la adolescente ya tenía “cuestiones previas de orden psicológico y neurológico” en otro juzgado. 

“Necesitamos ocuparnos y si queremos trabajar, como hicimos en algún momento con la violencia familiar y escolar, es dar las herramientas y que tanto los adultos como los adolescentes sepan de qué estamos hablando, en un lenguaje sencillo que puedan entender. Que sepan que subir la foto sin el consentimiento de un compañero no está bien y que puede tener implicancias de delito penal y puede haber un reproche, que puede haber un bullying”, concluyó Bustos.

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