Carlos Salomón, abogado de la familia Ferrara, dijo que el asesinato del funcionario podría haber sido para asegurarse que la víctima no reconociera a los delincuentes. En la causa por el homicidio de Antonio Ferrara hay tres detenidos, dos de ellos son hermanos.
“Ocurre que en ocasiones una persona comete un robo y después para asegurarse el resultado y que la persona, que lo puede conocer o lo puede identificar, no lo haga, le da muerte”, conjeturó el abogado.
Los detenidos en la causa son Walter y William Ferreyra y Jorge Barroso. Tanto uno de los Ferreyra como Barroso cumplen prisión preventiva por otro hecho. El viernes pasado, tanto Walter como Barroso, se negaron a declarar y pidieron la prórroga. La pericia de ADN, realizada en la Universidad Nacional de Cuyo, arrojó como resultado que Walter estuvo en la escena del crimen.
Más allá de la prueba de ADN, Salomón dijo que existen otros elementos probatorios que se irán incorporando en la causa para que la juez dicte o no la prisión preventiva. Por otra parte, Barroso también fue sometido a la pericia de ADN pero el resultado fue negativo.
Según comentó el abogado de Barroso, Gonzalo Agúndez, su cliente fue detenido porque existirían testimonios que lo ubican en el lugar del hecho. El joven letrado expresó que su tarea será “derribar” los testimonios.
A principios de noviembre del año pasado, el jefe del Programa VIH fue encontrado sin vida en su casa ubicada en el barrio Lucas Rodríguez donde vivía solo. Una compañera de trabajo de Ferrara fue a buscarlo a su casa porque debían viajar a Villa Mercedes para acudir a una capacitación. Cuando llegó a la vivienda, la mujer vio entreabierta la puerta del hogar del funcionario. Según un comentario, la compañera de trabajo de Ferrara buscó a una vecina y le dieron aviso a la Policía. Minutos más tarde, un efectivo del Comando Radioeléctrico ingresó a la casa del funcionario y lo encontró sin vida.
La causa de muerte de Ferrara fue la asfixia por obstrucción de las vías áreas superiores. El objeto que produjo la asfixia del funcionario fue un calzoncillo que se encontró en la boca. Por otra parte, el cuerpo presentaba traumatismos en los labios y en el cuero cabelludo. Ferrara tenía doble atadura en las muñecas y los tobillos estaban apresados con cinta.